jueves, 8 de junio de 2023

Desórdenes en la mente adolescente


Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Aristóteles

La etapa humana de la adolescencia es un tránsito del desarrollo que condiciona la vida posterior y, en ocasiones, conlleva un trauma insuperable (*). Sobre la situación extrema en la que el adolescente decide no seguir soportando una ingrata existencia, dejamos que un texto ajeno hable por nosotros.
Penetrar en la mente de un adolescente y tratar de ordenar lo que la naturaleza o la sociedad entre la que convive ha desordenado es labor de la psicología. Muchos de esos desórdenes son inevitables porque proceden de lo profundo de su alma, pero otros muchos sí son evitables porque proceden de lo más profundo de quien a veces parece carecer de ella. Como es difícil que quien provoca ese daño deje de hacerlo por entendimiento o remordimiento, es labor de quien los rodea tener el valor, si se conoce, o tener la empatía, si se desconoce, para poner a unos en manos de la justicia y a otros en manos especializadas para que cada una de ellas pueda desempeñar su trabajo. Tanto si la depresión que desencadena el suicidio de un niño es causada por el acoso continuado como si lo es por el propio derrotero que ha tomado la sociedad, tiene que ser abordada desde otro punto de vista, porque está muy claro que algo grave está pasando y no está siendo tratado.  
Algo grave está pasando, por Luis Cabaneiro Santomé
[Carta al director, La Voz de Galicia]
(*) En esta etapa humana de desconcierto, se precisan referentes, personas que sirvan de orientación para madurar adecuadamente.

Sobre el suicidio ya hemos hablado aquí («El suicidio, un acto impactante», «En torno al suicidio»). Y repetimos ahora una reflexión de entonces:

Entrar en la significación de la muerte voluntaria (acto reivindicativo, rito, acto de liberación, etc.) implica la valoración de cuestiones sociales, políticas, filosóficas y religiosas. En los adultos podría comprenderse cualquier variante, fraguada en la rabia, la venganza, la desesperanza o la culpa; pero en niños o adolescentes, sin pasado, la tragedia del suicidio es escalofriante 

Prevención del suicidio: información para profesores (OMS)
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Empeoramiento de la salud mental en niños y adolescentes: un problema social, cultural, educativo y económico, que precisa de oportuna prevención.

Anexo: Sobre la salud mental en niños y adolescentes
Demasiados niños y jóvenes, tanto pobres como ricos, en todos los rincones del mundo, están experimentando enfermedades mentales.
El mayor motivo tiene que ver con una mayor detección, y en un menor porcentaje de casos por factores biológicos y ambientales. Muchos son trastornos leves y no necesitan de especialista; pueden ser tratados por el pediatra o incluso se resuelven espontáneamente (por ejemplo enuresis, cuadros leves de fobia escolar o de ansiedad). Otros, como la depresión, la hiperactividad o el trastorno del espectro autista son reconocidos antes por los especialistas y, por tanto, tratados antes.
Entre los factores de riesgo se señalan: pobreza, acoso escolar, consumos tóxicos ( tabaco, alcohol, drogas), violencia o malos tratos, tecnología (uso excesivo), expectativas académicas y presión del entorno, conflictos familiares o cambios en la vida familiar.

Para entender la patología en la adolescencia es necesario contextualizar el momento histórico y cultural en el que nos encontramos. Vivimos en una sociedad cada vez más hedonista, existe poca tolerancia al malestar y se tiende más a medicalizar la vida cotidiana y a recurrir a la ayuda de las terapias para enfrentarse al día a día. En cuanto a la crianza, se ha dado una pérdida de autoridad tanto en casa como en los colegios, con una tendencia a democratizar las decisiones que se toman con respecto a los hijos. En nuestra sociedad todo es cuestionable y relativizable, lo que hace que los valores tradicionales pierdan influencia. Cada vez se tienen menos hijos, se ha dado una pérdida de apoyos externos (familia extensa o apoyos de la comunidad), los padres cada vez tienen más edad y horarios de trabajo más extensos, y nuestros menores están continuamente expuestos a las tecnologías (contenidos violentos, sexuales, etc.). 
Puntos clave: ■El aumento de los trastornos mentales en la adolescencia es multicausal. ■El pediatra en AP tiene un papel clave en la prevención y detección de trastornos mentales (o de factores de riesgo) en la adolescencia. ■Cabe distinguir el malestar emocional de la vida cotidiana de los trastornos mentales. ■Tratamiento farmacológico [y/o psicoterapia] si es preciso.

Fuente

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