Un día en las carreras |
Siempre es bueno reír, incluso de uno mismo –nunca de otros–, como contrapunto al dolor y el sufrimiento. Es conveniente por su efecto saludable, y ya sabemos de las bondades de la risoterapia. Y a propósito, una escena desternillante de la película de los Hermanos Marx Un día en las careras, en la que Groucho hace de médico, nos sirve para relajar tensiones y desconectar por un momento de problemas propios y calamidades ajenas. Ríanse a gusto, o lloren de alegría...
Escena con Chico, Harpo y ‘doctor Groucho’
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