La música penetra el alma, nos evade de este mundo.
Cada vez me sumerjo más en la música intimista. Sobre todo en pequeñas piezas pianísticas (impromptus, nocturnos, baladas, fantasías...); algunas, verdaderas miniaturas (Beethoven ya lo dijo todo en la gran forma sonata), que partiendo de Mendelssohn, Schumann o Chopin atraviesan el Romanticismo y se extienden más allá. Fauré, Grieg, Debussy, Ravel, Satie... y otros compositores, incluidos hispanos, penetran hondamente, llevando a otras galaxias el estado de conciencia. Música intimista para vivir... y acompañar el morir.
Gabriel Fauré: Valse-caprice n.° 2 Op. 38
En la música de piano no hay espacio para el acolchado, hay que pagar en efectivo y hacerlo constantemente interesante. Es quizás el género más difícil de todos.
Gabriel Fauré
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