lunes, 25 de mayo de 2009

Gestión buena


¿Qué debe perseguir la buena gestión? Unos objetivos mediante la rentabilidad, no a su costa; el buen gestor se vale de la efectividad sin menoscabo de la calidad y al menor coste posible, con eficiencia. Por supuesto, objetivos útiles y realistas, evitando el buen gestor la experimentación baldía y la mera persecución de la proyección propia. Y desde luego el buen servicio al cliente, sin descuidar la satisfacción del subordinado, el trabajador que lo presta.

¿Cómo debe realizarse la buena gestión? Con claridad y transparencia; la claridad de ideas no admite titubeos o inseguridad. Acercándose a la realidad, palpándola; desde las atalayas la visión se difumina, de cerca la impresión es bien distinta: lo aparentemente hermoso puede volverse aborrecible. En definitiva, adecuando el rumbo, no navegando a la deriva aguardando que el azar depare la arribada a buen puerto; la improvisación, uno de nuestros grandes males, explica los frecuentes naufragios.

¿Qué entraña la buena gestión sanitaria? Idealmente lo mismo que la gestión en general: 1) persigue un fin con efectividad; 2) adecua los recursos en busca de la eficiencia, sin cicatería; 3) pretende objetivos útiles y realistas, no experimentación baldía y proyección personal; 4) intenta prestar un buen servicio al usuario sin descuidar la satisfacción del trabajador; 5) es clara y transparente, se impregna de firmeza y objetividad; 6) se acerca a la realidad y la palpa; 7) procura la mejora continua de la calidad... ¡Una bella entelequia!

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