(Es recomendable leer primero la introducción al Léxico médico de la atención primaria y el preámbulo a la primera entrega)
J
JEFE DE SERVICIO / UINIDAD. Ver COORDINADOR DE EQUIPO.
JERARQUIZACIÓN MÉDICA. Algo conveniente para el buen funcionamiento de un servicio, si se realiza adecuadamente. Siendo arbitraria o caprichosa la distribución en categorías, rangos o niveles, nada bueno se puede esperar de ella. (Relacionada: LISTA DE ESPERA)
JUDICIALIZACIÓN DE LA MEDICINA. Consecuencia de llevar por vía judicial todo asunto médico. Algo a lo que no se debe llegar si queremos profesionales de la medicina eficaces, libres para ejercer su oficio, asumiendo que, siendo humanos, somos imperfectos. Puede conllevar un temor continuo a la denuncia que acaso paralice las habilidades e inhiba los buenos propósitos, siempre en perjuicio del paciente. (Relacionada: MEDICINA DEFENSIVA)
JURAMENTO HIPOCRÁTICO. Código de ética médica que acatamos los médicos por principio y en honor al padre de la medicina. Obliga a aceptar normas de comportamiento que exigen respeto, honradez, generosidad, entrega y discreción. De otros juramentos, que en silencio o entre dientes hacemos a diario en las consultas, Hipócrates se avergonzaría. (Relacionada: CÓDIGO DEONTOLÓGICO)
JUSTIFICANTE MÉDICO. Documento emitido en consulta para justificar la asistencia y, en definitiva, que la empresa no sancione al trabajador por su ausencia. Una parte más del cargante papeleo de la Atención Primaria (certificados, formularios, informes, partes, recetas), asumible hasta cierto punto si se consiguiera eliminar nuestra idiosincrásica picaresca. No siendo así, la excesiva demanda de justificantes –incluso por motivos no laborales y hasta para acompañantes de los interesados– llega a ser realmente irritante y degradante.
L
LEY DEL MEDICAMENTO. Norma superior que en Hispania incorporó criterios internacionales de seguridad, calidad y eficacia, con el objetivo de limitar el número de drogas y abaratarlas. Pero el tiro le ha salido por la culata respecto a esto último; el consumo ha aumentado (“medicalización”) y el gasto se ha ido disparando año tras año. (Relacionada: MEDICALIZACIÓN)
LIBERTAD. El bien más precioso que el ser humano puede poseer; aunque la salud sea prioritaria –sin ella de poco vale la libertad–, sin ser libres nuestro estado ha de ser poco saludable. Dejándonos de enredos, imprescindible también para ejercer la medicina.
LISTA DE ESPERA. Método de redistribuir recursos sanitarios para que, gracias a la demora, algunas patologías pasen a ser urgentes y otras dejen de ser patologías. En fin… Sin sarcasmo, en Atención Especializada existe una espera admisible y otra inadmisible (en Primaria siempre “demora cero”), pero las víctimas de la segunda callan o no son escuchadas. Por otra parte, recordemos que la desaparición de especialistas extrahospitalarios y la implantación generalizada de la “jerarquización” derivaron en un aumento de la espera en consulta especializada. En cualquier caso, se precisan soluciones, señor/a ministro/a. (Relacionadas: DEMORA CERO, JERARQUIZACIÓN MÉDICA)
LONGITUDINALIDAD. Una característica esencial de la atención primaria de salud, definida como el seguimiento de los distintos problemas de salud de un paciente por el mismo médico. Diferente del concepto de “continuidad”, referido a un problema específico del paciente. Precisa la estabilidad en el tiempo del personal sanitario y la conformidad del paciente, no fluctuando voluntariamente de unos profesionales a otros. (Relacionadas: ATENCIÓN PRIMARIA)
M
MALPRAXIS MÉDICA. Significa no atenerse a la lex artis, a las prácticas médicas aceptadas como adecuadas para tratar a los enfermos en el momento presente –según los actuales conocimientos científicos–, un concepto por definición cambiante con el progreso técnico de la Medicina. (Relacionadas: DERECHO SANITARIO, ERROR MÉDICO)
MASIFICACIÓN ASISTENCIAL. Carga asistencial o presión asistencial desmedida. Las consultas masificadas, o multitudinarias, son perjudiciales: obligan al médico a atender a un gran número de personas en una misma jornada y, en consecuencia, son contrarias a la calidad asistencial y atentan contra la seguridad del paciente. (Relacionadas: CARGA ASISTENCIAL, PRESIÓN ASISTENCIAL)
MEDICALIZACIÓN. 1) Ampliación del ámbito de la medicina a problemas de otros campos del saber (educación, sociología, filosofía, justicia, política, etc.), tales como el fracaso escolar, la soledad, la infelicidad, la pobreza o el desempleo. 2) Consideración de fenómenos normales como patológicos; v. gr. las fases del ciclo reproductivo y vital de la mujer (menstruación, embarazo, parto, menopausia) o la vejez. En suma, la medicalización es la intromisión en ámbitos no médicos y el proceso de conversión de estados normales en cuadros patológicos, pretendiendo darles soluciones médicas. Otra cuestión es medicar en exceso, atiborrar de medicamentos; una negativa consecuencia del desarrollo, atribuible a diferentes causas: presión de la industria farmacéutica, incitación al consumismo a través de los medios, carencia de educación sanitaria, mala gestión sanitaria, insuficiente aptitud e inadecuada actitud profesional.
MEDICAMENTAZO. Término con el que se ha querido demonizar la “Financiación selectiva de medicamentos”, recorte farmacéutico llevado a cabo en dos ocasiones y por gobiernos de distinto signo (el Real Decreto 1663/1998 amplió la lista de medicamentos excluidos de la financiación por la Seguridad Social, establecida inicialmente por el RD 83/1993). Pretendiendo eliminar lo que no era necesario, no dio el resultado esperado, porque no se explicó bien ni se aplicó con buen criterio.
MEDICINA. Dejando la acepción más pobre (medicamento) es, según Marañón, un compendio de ciencia, arte y oficio. Cuyo objeto, añadiríamos, es curar o aliviar la enfermedad y consolar al doliente. Por su parte, William Osler la definió como la ciencia de la incertidumbre y el arte de la probabilidad, y Edmund Pellegrino como la más humana de las ciencias y la más científica de las humanidades. Hay antagónicas miradas a la Medicina: la benevolencia corporativa empleó el término “sacerdocio” para referirse a una actividad sustentada en la entrega, y la ironía popular, en el otro extremo, ha tildado al oficiante de “matasanos”. Antes, lo esencial de la actividad médica era la relación personalizada médico-paciente basada en un “arte” ejecutado con medios primitivos. Hoy, quien la ejerce se asemeja más a un ingeniero que a un médico a la antigua usanza. Y lo más inquietante es pensar que todo lo pasado ha sido superado.
MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. Traducción poco afortunada del inglés, para una “medicina basada en pruebas”. La medicina debe basarse en hechos demostrados, y éstos en Atención Primaria suelen ser escasos.
MEDICINA DE COMPLACENCIA. La que ejercen algunos facultativos para captar usuarios. Sus razones tendrán, pero el fin no justifica el medio complaciente. Si queremos mantener la sociedad del bienestar no es conveniente. (Relacionada: BIENESTAR)
MEDICINA DEFENSIVA. Una consecuencia nefasta de la “judicialización” en materia de salud, que implica la solicitud de pruebas superfluas y derivaciones innecesarias. (Relacionada: JUDICIALIZACIÓN DE LA MEDICINA)
MEDICINA GESTIONADA. Equivale a “autogestión”, que, según el diccionario, significa acción y efecto de organizar, dirigir y administrar una empresa los trabajadores de la misma. En el ámbito de la Atención Primaria, es un modelo de organización de los servicios en el que los profesionales gestionan con autonomía los recursos de que disponen, manejando el presupuesto global del Centro de Salud y asumiendo el riesgo derivado de una actuación deficiente.
MEDICINA PREVENTIVA. Ver SALUD PÚBLICA.
MEDICINA PRIVADA VERSUS PÚBLICA. La Privada, en general es elitista –discriminatoria–, su financiación es voluntaria, elude la prevención, sigue prioritariamente criterios de rentabilidad y persigue el lucro. La Pública es universal, su financiación es obligatoria para todos los trabajadores, la prevención es prioritaria, sigue criterios de equidad y su gestión pretende el gasto racional. Pero ahí están ambas, opuestas o complementarias, mejores o peores, necesarias en todo caso para dar cobertura a toda la población.
MÉDICO DE APD. Médico Titular o de “Asistencia Pública Domiciliaria”. Un médico de cabecera con atribuciones de Salud Pública, que suele ejercer en el medio rural y que, antiguamente, disponía de la llamada “Casa del médico” para ejercer su labor asistencial. Los más críticos con su existencia dicen que los demás no son suplentes y que las siglas significan ahora “A Punto de Desaparecer”.
MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA. La más reciente denominación del clásico MÉDICO GENERAL o MÉDICO DE CABECERA y del moderno MÉDICO DE FAMILIA. Desde el hospital lo reducen al acrónimo MAP.
MÉDICO DE CABECERA. Médico que quiere saberlo todo y por ello “cabezón”. O si se quiere, el que se mira con ternura cuando admite que sabe poco, con admiración cuando reconoce lo que no sabe y con odio o envidia cuando acierta el diagnóstico. Bueno, sin sarcasmo, médico general que asiste con continuidad al enfermo (antiguamente lo velaba a la cabecera de su cama), confesor y consejero, coordinador de los especialistas y pilar fundamental de la sanidad pública, si bien venido a menos en los últimos tiempos. Antes, el médico-persona, con nombre; en su memoria se bautizaron calles y se erigieron monumentos. Ahora, el funcionario-objeto, anónimo miembro del equipo. (Relacionadas: MÉDICO DE FAMILIA, MÉDICO GENERAL)
MÉDICO DE FAMILIA. Denominación relativamente reciente para referirse a quien antaño fue médico general (MG) o de cabecera (MC) y ahora se reconoce especialista en medicina familiar y comunitaria (MF o MFC). Los defensores del cambio pretendían la atención integral a la familia, basándose en una mejor formación técnica –postgrado, hospitalaria– y una concepción humanizada de las relaciones interpersonales; el tiempo justiciero los ha desengañado: la relación médico-paciente se ha empobrecido, las familias se han disgregado (se llega al absurdo para evitar la incoherencia: “familias monoparentales”) y, por encima, el “hospitalocentrismo” se ha consolidado. El MF seguirá siendo MG o MC, ¡y a mucha honra!, pero no habiendo general acuerdo, se ha intentado conciliar a los discrepantes con la denominación genérica de “MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA”; así que ya tenemos un nuevo acrónimo: MAP. ¡Uf…! (Relacionadas: MÉDICO DE CABECERA, MEDICO GENERAL)
MEDICO GENERAL. Ver MÉDICO DE CABECERA, MÉDICO DE FAMILIA.
MÉDICO RURAL. Médico general, de cabecera o de familia, como el de la ciudad, que ya no va a caballo al domicilio de sus pacientes y está motorizado como el urbano, pero que todavía se distingue por la reminiscencia de un trato más cordial, más cercano a la población. Algunos de sus pacientes lo siguen considerando como don..., no sólo como anónimo proveedor de servicios.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Instrumentos que difunden información mediante técnicas de transmisión, impresas, orales o visuales. Respecto a la sanitaria, útiles cuando son serios; inconvenientes y perjudiciales cuando transmiten sin adecuado asesoramiento. El mayor peligro está en que lo perverso vende más que lo salubre; por desgracia, la prensa y los demás medios, tienden cada vez más hacia el sensacionalismo, ya que un periodismo responsable y cauto no resulta demasiado rentable. A menudo refuerzan la idea de que la medicina puede solucionar todos los problemas de la humanidad, contribuyendo así a la “medicalización” de la vida, y no pocas veces sus mensajes producen efectos negativos en la relación médico-paciente.
MOBBING. Ver ACOSO LABORAL.
MODELO TRADICIONAL. El que obligaba a dos horas y media de presencia física en consulta y el resto de la jornada a estar localizado; brindaba la ayuda de personal auxiliar; permitía cierta flexibilidad sin agobiar en extremo; no estaba tan sobrecargado de papeleo; facilitaba, en cierto modo, un trato más respetuoso y cordial. Sin haber muerto totalmente, convive todavía, aunque de mala manera y muy tocado, con el “Nuevo modelo”. De lo dicho, y por otras carencias, no es lo ideal, ni mucho menos. (Relacionada: NUEVO MODELO)
MOTIVACIÓN PROFESIONAL. Lo que necesitan los trabajadores sanitarios para trabajar con entusiasmo. Si los futbolistas de élite, con sueldos astronómicos y tratados como si fuesen dioses, demandan primas e incentivos para no perder la ilusión, y se las dan, ¡pobrecitos!, los médicos que no piden ni la millonésima parte permanecen a la espera. Esperan, y los años pasan. (Relacionada: ENTUSIASMO)
Preciado colega:
ResponderEliminarAquí en Perú tenemos un chiste simplón sobre las jefaturas de servicio, trataré de traducirlo:
"El que tira, tira;
y el que no tira, mira;
y el que no tira nada... es jefe."
Entiéndase por "tirar" el saber y conocer de la materia (el famoso saber, saber hacer y querer hacer).
Pláceme enormemente leer su bitácora. Saludos desde Truxillo del Perú.
Estimado Lizardo: el chiste refleja lo poco que creemos en las jefaturas, sobre todo si se conceden como un cargo de confianza y no por méritos del trabajo.
ResponderEliminarSigo atento a su bitácora, con la que mucho disfruto y aprendo. Un abrazo.