El sonido del viento al pasar entre las montañas es algo estremecedor. Hace que uno se sienta empequeñecido y frágil ante el poder de la Naturaleza que simboliza Eolo. No es el sonido que hace vibrar las ramas y las hojas de los árboles como el de la flauta o el violín. Es como la voz grave del aire soplado en una inmensa vasija de barro. Música de otra dimensión, una sinfonía interpretada por gigantescos instrumentos, por descomunales contrabajos y tubas. A nivel humano, los instrumentos de viento (aerófonos) producen sonidos por la vibración de la columna de aire que el instrumentista inyecta soplando en su interior. Estos instrumentos artificiales producen sonidos, artísticos. Los naturales son impredecibles, incontrolables y sorprendentes.
Y entre los sonidos naturales sobresale la música del viento.
Y entre los sonidos naturales sobresale la música del viento.
Veamos por qué el viento provoca sonidos: AQUÍ.
Escuchemos los sonidos del viento: AQUÍ.
Disfrutemos con el espectáculo de los sonidos del viento (espectáculo): AQUÍ.
Y escuchemos al músico Paul Winter, compositor e instrumentista de saxofón, que en sus grabaciones incluye música de la Naturaleza o la imita. En este vídeo emula el aullido del lobo, que a mí me evoca el sonido del viento.
***
El agua horada la piedra,
el viento dispersa el agua,
la piedra detiene al viento.
Agua, viento, piedra.
O. PAZ, Viento, agua, piedra
ANEXO: POEMAS SOBRE METEOROLOGÍA [Meteorología/Et.]
(Fenómenos meteorológicos:
Arcoíris, Lluvia, Niebla, Nieve, Nubes, Tempestad, Tormenta, Viento...)
—ARCOÍRIS
Desgarrada la nube; el arco iris (Sueño, LXII-Galerías), Antonio Machado
—LLUVIA
Lluvia, Gerardo Diego
Lluvia o llanto [Santiago], Gerardo Diego
Chove en Santiago, Federico García Lorca+
Lluvia, Federico García Lorca
La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
F. GARCÍA LORCA, Lluvia
Lluvia, F. García Lorca
—NIEBLA
La niebla (Recuerdos de la infancia), Enrique Gil y Vicente
—NIEVE / HELADA
Nieve de Londres (London Snow), Robert Bridges
Siberia (Siberia), James Clarence Mangan
—ROCÍO
Una gota de rocío, Enrique Gil y Vicente
—GRANIZO
El granizo (La hermana agua), Amado Nervo
—NUBES [Poemas sobre nubes]
La nube, Manuel Altolaguirre
La nube (The cloud), Percy Selley
Tal como as nubes (Tal como las nubes), Rosalía de Castro –Ideas
—TEMPESTAD, Tormenta
El Faro de Malta, Duque de Rivas (Ángel Saavedra) [y AQUÍ]
En una tempestad, José María Heredia
La tempestad y la calma, Juan de Arguijo [y AQUÍ]
La tormenta (The Storm), Ian Hamilton
Una tormenta en la ciudad (A Thunderstorm in Town), Thomas Hardy –Amor
—VIENTO
Al Céfiro (Oda sáfica), Esteban Manuel de Villegas [Una explicación AQUÍ]
Cuatro vientos (Four Winds), Sara Teasdale –Amor
Viento, Octavio Paz
Viento, agua, piedra, Octavio Paz [Un análisis AQUÍ] –Recitado por poeta AQUÍ
...todo es del viento
y el viento es aire siempre de viaje.
O. PAZ, Viento
Te he visto lanzar cometas a lo alto
Y golpear a los pájaros sobre el cielo;
Y te he sentido tan suavemente
Como las faldas de las damas sobre la hierba.
¡Oh viento que soplas todo el día!
¡Oh viento que tan fuerte cantas tu canción!
ROBERT L. STEVENSON, El viento
The Wind, R. L. Stevenson
[Música: Rich Campbell]
VIENTO
Hoy el soplo del viento es gran bramido.
El clamor es veraz,
su ímpetu temido.
Yo me siento incapaz
de substraerme... Su silbar me inquieta.
Vuelan papeles y hojas
y cae una maceta
portando un geranio de flores rojas.
En los tendales baila blanca ropa
a un ritmo endiablado
y recios pinos danzan en su copa
un tango apasionado.
El viento del Atlántico
—viento de grave cántico—
lanza la lluvia contra los cristales,
y veo a su través
romper en peñascales
olas de un mar terrible y descortés.
El cielo se ennegrece,
lo enturbian grises nubes caminantes,
y el azul oscurece
bajo lóbrego palio, que se mece,
de algodones plorantes.
¡Qué desgarrador viento,
cual doliente lamento!;
hay un llanto de niño en las rendijas
por las que él se cuela.
De frío, rae tanto como lijas
la piel... (Consigue que la cara duela.)
Ni los pájaros osan enfrentarse
al poderoso Eolo,
ni los botes al mar encaramarse;
pescador ni uno solo
admira el rostro de la tempestad,
salvo locura o temeridad.
Va su fuerza amainando...
No hay movimiento. Y el silencio vuelve
al ir la voz callando.
Mas renace en la noche, perturbando
de nuevo con su ira cuanto envuelve.
[oct. 1994. Un día de fortísimo viento en Valdoviño]
¡Qué bonito, José Manuel! Quién no sucumbe - de un modo u otro - al ulular del viento. ¡Y qué me dices de cuando se cuela por las rendijas y su sonido parece humano! Me han gustado mucho los enlaces, y la música de Paul Winter, desconocido para mi, ha sido todo un descubrimiento.
ResponderEliminarMuchas gracias, mi querido colega, y moitos bicos.
Querida Lola, ese sonido del viento que se cuela por las rendijas es espeluznante. Algo parecido lo describe maravillosamente Tchaikovsky en su poema sinfónico “Francesca da Rímini”, aunque aquí es una metáfora aural del viento que arrastra a los amantes. Puede apreciarse este genial efecto sonoro en la grabación que adjunto (lo inician las flautas en el minuto 0:30, lo recoge toda la orquesta y alcanza su máximo desarrollo con las cuerdas a partir del minuto 2:07). Es algo impresionante.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=rqhhk4iBO2k&feature=related
Bicos a través del viento.