Siguiendo la linea de los anteriores intentos de haiku, me aventuro con otros siete...
Tibios colores
de otoño
se volvieron
fría blancura.
El buen
galeno
cura, alivia y consuela
comunicando.
Soñé morir
después de
haber vivido
y sin sufrir.
La medicina
centrada en el paciente
es la más sana.
Sin fin el canto
para
espantar los males
de un triste Estado.
Nunca la
máquina
reemplazará a la mano
que alivia y sana.
Aun nublado
luce el
cielo estrellado
con el contento.
Y valgan hoy como regalos de Reyes. ¡Feliz Día, amigos!
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