No puedo más que suscribir un comentario de un
investigador respecto a nuestro sistema sanitario que, en resumen, se concreta en esta frase:
“Hay mucho gasto superfluo en un contexto de medicina defensiva y de obsesión preventiva que conlleva medicalización”.
La medicina defensiva
es el fruto del temor a las demandas por mala praxis, agravada en un contexto
de presión asistencial que deteriora la relación médico-paciente y que implica
inconveniente apresuramiento en la asistencia.
La obsesión preventiva lleva al exceso de intervenciones médicas, que se vuelve contra los pacientes, pues más allá de la justa
medida los riesgos superan a los beneficios, y al igual que
la medicina defensiva es generadora de gasto sanitario.
Esta obsesión preventiva equivale al término salutismo (Healthism: Healthism and the medicalization of everyday life, Robert Crawford, 1980): “la preocupación por la salud personal como principal objetivo para lograr el bienestar”.
La inconveniente medicalización
(otro término relativamente reciente) lleva a un exceso terapéutico y de intervención médica, fruto
–en palabras de E. Gavilán– de la expansión del ámbito de actuación de
la medicina más allá de lo justificado (medicalización de la vida cotidiana).
[El creciente gasto sanitario debido a la obsesión preventiva –que provoca la medicalización– no parece justificado, ya que supone exceso o despilfarro, salvo por las cuentas del Gran Capitán.]
Viendo todo esto en su conjunto, nos percataremos de la
evolución de los tiempos y de las progresivas contradicciones. Por un lado, los responsables del sistema teorizan con
una mejora de la calidad en salud y en la práctica no hacen nada para que
mejore (incluso consiguen, independientemente de recortes, que en algunos aspectos empeore). Por otro, se insta continuamente a la población a la
prevención en todos los ámbitos, mientras a los profesionales se les encomienda
contener el gasto; pero si con la primera medida más individuos son
etiquetados de pacientes crónicos es fácil deducir el incremento en el consumo
de servicios sanitarios y fármacos. Finalmente, si la evolución social ha
llevado a ver casi todo como un problema médico, cada vez más difícil convencer a los ciudadanos de que la vida no es una enfermedad y que, por lo tanto, para sortear cualquier dificultad
no es necesario atiborrarse de ansiolíticos y antidepresivos (un problema éste
de salud pública poco o nada abordado).
En definitiva, es preciso poner orden, humanizar el sistema y establecer la sensatez
asistencial, con una adecuada atención a los pacientes crónicos. Respecto a
esto último, comunicando adecuadamente y evitando el continuo peregrinar hacia
las consultas especializadas, siempre y cuando se haya establecido el
diagnóstico y el tratamiento a seguir con absoluta claridad. Al hilo de esta
problemática, se habla también de nuevas corrientes en atención primaria.
Pero
indudablemente, para que sea posible mejorar y, sobre todo, aspirar a un futuro sanitario sostenible, tenemos
necesidad de responsables políticos capaces, sensibles y honrados, con claridad de ideas, transparencia y escasa volubilidad.
Sistemas sanitarios, políticas de salud y economía de la salud
UEM (2011)
***
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Cuestionamiento de la sostenibilidad
Unos señalan los problemas del sistema sanitario y otros cantan sus bondades...Situación de colapso virtual del sistema sanitario por dos factores:
1- Incremento imparable de la demanda de servicios sanitarios. Nuevos tratamientos y tecnologías servirán de mayor estímulo a la demanda.
2- Insuficiencia de los recursos sanitarios bajo el actual modelo de productividad: la saturación hoy es ya muy alta. En atención primaria, los pacientes son asignados con un promedio de aprox. 6,5 minutos al médico de familia…Una de las claves para asegurar la sostenibilidad del sistema es aumentar la responsabilidad de sus principales agentes: usuarios, profesionales y gestores.
a- Los usuarios deben adquirir una mayor conciencia sobre su propia salud y sobre el uso que hacen del sistema. En 2006 un español acudía al médico más de 8 veces al año, un 40% más que el promedio del UE-15. Y muchas de estas visitas son innecesarias desde un punto de vista médico; se estima que 1 de cada 3 visitas al médico de familia podría ser innecesaria, y que entre un 30% y un 80% de las visitas de urgencia podrían no ser urgentes.
b- Los profesionales deben ser los catalizadores del cambio y ayudar a lograr un mayor equilibro entre los objetivos de calidad y eficiencia del sistema. Y partimos de una situación en la que la mitad de los médicos no se sienten bien valorados, y muchos de ellos están en condiciones precarias. Por otro lado, no siempre se observa un uso eficiente de los recursos.
c-Los gestores y administradores del sistema tienen que asegurar la utilización más eficiente y equitativa de los recursos públicos a su disposición. Como muestra del potencial de mejora, la productividad en los hospitales públicos apenas ha mejorado desde 1995. A pesar de los avances en la tecnología, el crecimiento de la actividad se ha producido fundamentalmente gracias a aumentos en la plantilla. La responsabilidad de los gestores debe extenderse más allá del control de resultados para asumir un rol más activo en aspectos como la introducción de productos sanitarios y nuevos tratamientos bajo una óptica de coste-beneficio, el aprovechamiento efectivo de tecnologías de la información o la búsqueda de nuevas formas de colaboración con el sector privado.Podemos optar por inyectar más recursos y posponer el problema unos años. O bien, por abordarlo de una vez, con todas sus consecuencias.
Estoy de acuerdo con lo que dices. Se está medicalizando la vida, pero también odontologizando, fisioterapizando, psicologizando y podologizando. No se puede comer un poco menos sin consultar a un nutricionista, dice la asociación de nutricionistas, no se puede hacer ejercicio sin consultar a un entrenador personal, licenciado en ciencias del deporte y fisioterapeuta. Debes pasar una revisión dental cada mes. Ante cualquier problema acude al podólogo a por unas plantillas personalizadas. Y desde luego, si vas mal en los estudios: consulta y pastillas, si el niño no me come, pastillas, si su mujer le deja de querer, al terapeuta. Y todo mejor de forma preventiva. Antes de que haya problemas consulte al profesional. Las asociaciones profesionales de diferentes especialidades "recomiendan" consultar más veces de forma preventiva. Los vendedores de productos sanitarios y fármacos alertan de que millones sufren en silencio (y no lo saben siquiera) problemas de esto o lo otro que sus productos pueden aliviar. Quizá hubiera que controlar la publicidad a todos los niveles, revistas "de salud" que recomiendan comer medio kilo de apio al día una semana y kilo y medio de alcachofas al siguiente, famosos que recomiendan dietas, asociaciones y sus representantes que hablan de 50.000.000 millones de españoles deberían consultar tres veces al año con nosotros y lo no hacen y otros despropósitos. Y dar consejos sensatos a asociaciones profesionales y comerciantes con el delirio de que el mini factor de riesgo que pretenden convertir en enfermedad-negocio no es tan peligroso.
ResponderEliminarEs verdad, Samuel; se está "paternalizando" la vida ciudadana, obviamente con un interés de fondo. Si uno se deja, pierde completamente la libertad. Dan ganas de volver a la vida salvaje, en el sentido de libre.
EliminarGracias por tu amplio y detallado comentario.