He aquí una queja sobre la calidad de la asistencia sanitaria:
El pasado día 15 de febrero mi madre tuvo una caída casual y sufrió una fractura de fémur. Se le derivó a urgencias donde, tras ser valorada, le dijeron que había que operarla cuando hubiera un hueco. Fue trasladada a una “sala de observación”. Una sala mixta de 20 camas, es decir, hombres y mujeres en una estancia donde no existían divisiones entre camas, ni unas tristes cortinas. Pacientes aislados por gripe A con pacientes de traumatología. Tras 48 horas en urgencias mi madre seguía esperando cama, y finalmente la operaron, eso sí la llevaron al quirófano desde “la plaza de toros” nombre que los usuarios han puesto a esta sala. Es denigrante como familiar y como profesional de la salud que soy (enfermera con 19 años de experiencia), que derechos tan básicos del paciente como el de la “intimidad” se menosprecien de esta manera. Es una vergüenza y un despropósito cuando además hay un montón de camas cerradas. ¡Para que luego nos vengan a decir que los recortes no afectan a la calidad!
Este escrito pone de manifiesto deficiencias en la calidad estructural, pero que no son sólo de ahora, sino que vienen de largo. Se pueden leer en este blog algunas pinceladas al respecto de la calidad en materia sanitaria, entrando en la pestaña "Calidad en salud". Ya hemos visto aquí la importancia que tiene el ambiente o el medio en la relación médico-paciente, la relevancia de las consultas y de las salas de espera, señalando la conveniencia de que éstas estén compartimentadas y aquellas insonorizadas; y nos hemos referido a las diferencias en los centros de salud, en particular por su adecuada o inadecuada estructura material. Respecto al hospital hemos de hacer la misma valoración. Pues en situaciones como la expuesta, de gente hacinada como ganado, queda claro que no se dan las condiciones estructurales requeridas para una buena calidad en salud. Y como esta situación en particular está relacionada con la gestión sanitaria, cabe deducir que la misma tampoco es la deseable, de modo que procede revisar las actuaciones gestoras y aplicar las oportunas medidas correctoras, los cambios necesarios que exige el ciclo de calidad. Porque los pacientes tienen derecho a espacios sanitarios dignos, que sean agradables y que preserven su intimidad. Una cuestión casi nunca valorada en este país, poco dado al cuidado de los ambientes.
Plan de alta frecuentación en urgencias hospitalarias
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