miércoles, 5 de febrero de 2014

Un acercamiento al erotismo musical

Escena erótica, Peter Fendi


La música puede servir de preludio al encuentro amoroso, mediante la melodía que sosiega o el ritmo que estimula. Pero ¿hay música especialmente erótica? Tenemos ritmos incitantes, con una carga sexual manifiesta, como la rumba o la lambada (en realidad danzas eróticas), o incluso composiciones formales como la cantata profana Carmina Burana, de Carl Orff, o la menos conocida Catulli Carmina del mismo autor, en las que el erotismo tiene un papel protagonista. Y aún mucho antes, composiciones del renacentista Juan del Encina, con piezas como las referidas abajo (y reproducidas en un vídeo que nos sirve de ilustración sonoro-visual). Aunque no hay una música voluptuosa para todos. Cada uno tiene sus preferencias sonoras, sus formas musicales y sus estilos preferidos de incitación a la sensualidad; hay quien prefiere una balada o una canción rockera, un bolero o un rap; hay quien se inclina por el flamenco o la bossa nova, la música clásica o el jazz. La música puede acompañar el encuentro erótico, pero parece increíble que pueda interpretarse durante el mismo, como sugiere el pintor austriaco Peter Fendi en alguna de sus pinturas eróticas, auténticas acrobacias circenses: con el violín que ilustra esta entrada, la trompeta y el piano; de este modo tan peculiar, el fantasioso pintor nos acerca a Viena, su ciudad natal y tradicional capital de la música. No sé si habría que hablar aquí de sexualidad saludable, artística o de riesgo.

Varga Girl, de Alberto Vargas (Arequipa, Perú, 1986-1982)

Sin duda, la música puede ser estimulante para cualquier actividad, y por supuesto para la erótica. Las sonoridades son diversas y las posibilidades amatorias infinitas. Dice Virginia Montaña en un interesante ensayo sobre música y erotismo:
“Y es que es tal la importancia que recae en esta relación música-sexo que han existido psicólogos que han querido estudiarla a fondo. Uno de estos ejemplos es el caso del psicólogo musical Daniel Müllensiefen de la Universidad de Londres, que exploró en el año 2002 la relación entre la música y el amor: más del 40% de las personas expusieron que escuchar música los estimulaba más que el tacto durante el acto sexual. El estudio fue abalado por Spotify, demostrando la importancia que tiene la música en la vida amorosa de las personas. Según este estudio, las 2000 personas encuestadas señalaron que la BSO de la película Dirty Dancing era la música más excitante durante las relaciones sexuales correspondiéndose esto con la idea que nos da el cine y su música del amor. Gracias a esta investigación neurocientífica, se supo que la música era capaz de activar las mismas zonas de placer que están en el cerebro que responden a recompensas menos abstractas como la comida.”
Para rematar esta excitante entrada, veamos dos ejemplos erótico-sonoros: el erotismo musical del cuerpo humano (en este ejemplo, el de las nalgas) y el desenfreno del can-can, en otro tiempo un baile escandaloso. Sin dejar de citar el mito de la “danza de los siete velos” (a menudo confundida con la danza oriental), creado por Oscar Wilde en su tragedia Salomérecreado musicalmente por Richard Strauss en la ópera del mismo título (danza de la ópera AQUÍ).

Bunda pandeiro, vídeo de Carlo Sanpietro
(Nalgas atractivas como representación metafórica de la pandereta)
El ritmo erótico de las nalgas

***

Compadre, debes saber
que la más buena mujer,
rabia siempre por joder.
J. DEL ENCINA, Cucú, cucú, cucucú

ANEXO: POEMAS DE EROTISMO (POEMAS ERÓTICOS) [Poemas de deseo]
–Relac.: deseo, sensualidad, seducción, atracción, gozo, placer, lujuria, lascivia.
A Eros, Alfonsina Storni –Lectura AQUÍ
A Jarifa, en una orgía, José de Espronceda [y un análisis AQUÍ] –Lectura AQUÍ
A una dama criolla (A une Dame créole), Charles Baudelaire+
A una malabaresa (À une malabaraise), Charles Baudelaire+
A una transeúnte (A une passante), Charles Baudelaire+
fascinación, belleza, eternidad del instante. Lectura AQUÍ
Agua sexual, Pablo Neruda [Con análisis AQUÍ]
Amor y sueño (Love and Sleep), Algernon Swinburne* sueño erótico
Balánida, Paul Verlaine –oda al falo
Beso mundo (Te besaré en la boca), Juan Ramón Jiménez++
Canción del esposo soldado, Miguel Hernández [Análisis AQUÍ
Lectura AQUÍ (por el poeta)
Cansancio, Paul Verlaine
Cántiga de serrana (I),  Juan Ruiz Arcipreste de Hita+++ –Lectura AQUÍ
Cántica de serrana (IV), Juan Ruiz Arcipreste de Hita+++ [y AQUÍ]
Capricho, Alfonsina Storni
¿Con quién haré el amor?, Francisco Brines –soledad
Cucú, cucú, cucucú, Juan del Encina
Delectación morosa, Leopoldo Lugones [Análisis AQUÍ] –Lectura AQUÍ
Deseo, Paul Verlaine
Deseo, Laura Victoria++++
Después del amor, Vicente Aleixandre**
El beso, Laura Victoria++/++++
El gabinete, Juan Meléndez Valdés
El Leteo (Le Léthé), Charles Baudelaire
El lugar del crimen, Luis García Montero [y AQUÍ]
El primer beso, Amado Nervo++ –Lectura AQUÍ
El sexo, Vicente Aleixandre [y AQUÍ]
En el deseo [A Luis Antonio de Villena], Jaime Siles
Entrega, Laura Victoria++++
Himno a Venus, Jaime Siles
La víspera, José Ángel Valente 
Las joyas (Les bijoux), Charles Baudelaire
Lesbos (Lesbos), Charles Baudelaire  
Liturgia erótica, Julio Herrera y Reissig
Mi paseo solitario de primavera, Nicasio Álvarez de Cienfuegos
Mille et tre (Mille et tre), Paul Verlaine
Monta sobre mí, Paul Verlaine
Morboso, Luis Antonio de Villena
No decía palabras, Luis Cernuda
No se me importa un pito..., Oliverio Girondo+++++ –Lectura AQUÍ
Oda a la higuera, Miguel Hernández****
Ofrenda, Laura Victoria++++ [y AQUÍ]
Palabras de la satiresa, Rubén Darío***** –mitología
Pensionistas, Paul Verlaine –lesbianismo
Piedra de horno, Nicolás Guillén
Pienso en tu sexo (XIII, de Trilce), César Vallejo
Plegaria, Delmira Agustini
Poema, Laura Victoria++++
Potra tracia, Anacreonte******
Qué ruido tan triste, Luis Cernuda
Rosa de bronce, Ramón María del Valle-Inclán++++++ –lujuria
Rosa de OrienteRamón María del Valle-Inclán++++++ –exotismo
Rosa de pecadoRamón María del Valle-Inclán++++++
Rosa de turbulus, Ramón María del Valle-Inclán++++++ –exotismo
Salvaje, Laura Victoria++++ [y AQUÍ]
Serenidad, Laura Victoria++++
Se querían, Vicente Aleixandre [y AQUÍ] –Lectura AQUÍ
Sonetos lujuriosos (Sonetti lussuriosi), Pietro Aretino******* [Comentario AQUÍ]
¿Te acuerdas?, Juan Ramón Jiménez [y AQUÍ]
Tu boca, Laura Victoria++++ –Lectura AQUÍ
Valentina (Valentine), John Fuller 
Venecia, Oliverio Girondo*** [Análisis AQUÍ]

+Poemas eróticos de Baudelaire. [Baudelaire. Poemas prohibidos]

++Poemas de besos.

+++Poemas de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, del Libro de buen amor. [Explicación AQUÍ] El poema «De cómo los hombres quieren compañía de hembras» es una reducción de su largo título: «Aquí habla de cómo, según la naturaleza, los hombres y los otros animales quieren tener compañía con las hembras».
Como dice Aristóteles –y es cosa verdadera–,
el hombre por dos cosas trabaja: la primera,
por tener mantenencia; y la otra cosa era 
por poderse juntar con hembra placentera.

++++De Laura Victoria (Gertrudis Peñuela), poeta de exquisita sensualidad y tono erótico-sentimental, tenemos una selección de sus poemas AQUÍ/AQUÍ/AQUÍ.
Sobre la tibia arena de la playa
tu amante cita con placer espero;
el sol retuesta mis desnudos hombros
y entre mi falda juguetea el viento.
Deseo

+++++En la obra poética de Oliverio Girondo hay una pulsión erótica, ya desde su primer poemario Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), un libro a modo de poesía de viajes (Río de Janeiro, Buenos Aires: Milonga, Venecia, Paisaje bretón...). [Las metamorfosis eróticas de girondino.] [Su voz: Fonoteca de OG]
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan...
Poema 12
–Lectura AQUÍ

++++++Poemas de Valle-Inclán de Claves líricas, de la parte titulada «El pasajero», que bien podría titularse «Poemas de las rosas», pues casi todas sus claves exhiben la rosa en el título. El poema titulado «Rosa de turbulus» es una mezcla de exotismo y erotismo, en un gran despliegue verbal.
Era una reina de raza maya,
era en un bosque de calisaya,
y era la aurora. Daba el bulbul,
sobre mi estrella su melodía,
y en los laureles que enciende el día
daba mi alma su grito azul.
(...)
Rojos claveles prende en la rolla,
rojos corales al cuello enrolla,
rojo pecado sus labios son,
y sus caderas el anagrama
de la serpiente. Con roja llama
pintó su boca la tentación.

*El poema del sueño erótico era frecuente en el Barroco (ss. XVI-XVII).

**«Después del amor», o después de su fuego.
Tocando esos bordes, sedosos, indemnes, tibios, delicadamente desnudos,
se sabe que la amada persiste en su vida.
Momentánea destrucción el amor, combustión que amenaza
al puro ser que amamos, al que nuestro fuego vulnera...

***Poema inspirado en Tórtola Valencia, bailarina especializada en bailes orientales, que además de a Rubén Darío también inspiró a Pío Baroja, Valle-Inclán y Gómez de la Serna. [La musa de ‘jabón’ que enamoró a los poetas.]

****La higuera y sus frutos, los preferidos M. Hernández, tienen especial protagonismo en su obra, y en esta oda, plena de erotismo, la fusión entre el poeta y el árbol alcanza su mayor intensidad. [Las higueras de Miguel.]

*****Satiresa, como femenino de sátiro, es una invención poética.

******v. Anacreonte. Poesía Erótica. De este poeta griego procede el término anacreóntica”: composición lírica en verso de arte menor que canta a los placeres de la vida, el vino y el amor.

*******Sobre Sonetos lujuriosos compuso Michael Nyman 8 Lust Songs (Canciones lujuriosas). Esc. AQUÍ.

Tres moças d’aquesta villa,
tres moças d’aquesta villa,
desollavan una pija
para mangas a todas tres.
J. DEL ENCINA, Si habrá en este baldrés 

Cucú cucú cucucú / Si habrá en este baldrés, Juan del Encina

¡Ay, Floralba! Soñé que te… ¿Direlo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
juntara tanto infierno a tanto cielo?
QUEVEDO

La muy querida estaba desnuda, y, conociendo mi corazón,
No había conservado más que sus joyas sonoras...
Y su brazo y su pierna y su muslo y sus riñones,
Pulidos, como aceitados, ondulantes como un cisne,
Pasaban ante mis ojos clarividentes y serenos;
Y su vientre y sus senos, esos racimos de mi viña...
BAUDELAIRE, Las joyas

Las joyas, Charles Baudelaire

Bajaban mil deleites de los senos
hacia la perla hundida del ombligo,
e iniciaban propósitos obscenos
azúcares de fresa y miel de higo.
RUBÉN DARÍO, La bailarina de los pies desnudos

Lentamente va viniendo tu cuerpo.
Llegan tus manos en su órbita
de aguardiente de caña;
tus pies de lento azúcar quemados por la danza,
y tus muslos, tenazas del espasmo,
y tu boca, sustancia
comestible y tu cintura
de abierto caramelo...
Carbón ardiente y piedra de horno
en esta tarde fría de lluvia y de silencio.
N. GUILLÉN, Piedra de horno

Piedra de horno, Nicolás Guillén

Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas...
P. NERUDA, Tengo hambre de tu boca

Y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
veo caer agua sorda,
a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los huesos.
P. NERUDA, Agua sexual

Agua sexual, Pablo Neruda

Bésame así... despacio.
Que tu lengua como una llama viva
alimente mis sueños,
y después en mi lánguido abandono,
sea una brisa limpia
brillando en los jazmines de mi lecho.
LAURA VICTORIA, El beso
Lectura AQUÍ

El beso, Laura Victoria

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4 comentarios:

  1. Muy apropiado título, y no podía ser de otro modo, a este texto tuyo sobre la música de dicha estirpe, gracias por la ilustración, amigo mío: de la literatura erótica no habíamos pasado. Un abrazo.

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    1. Ya ves, amigo Lizardo, lo que da de sí la música y sus relaciones mundanas.
      Un abrazo.

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  2. Ha sido leer tu entrada, y acordarme del álbum “Sexual healing” de Marvin Gaye. Para mi un imprescindible, con unos ritmos y cadencias envolventes. El titulo lo dice todo...
    Un saludo, Jose Manuel.

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    1. No sé si curación por el sexo, como dice esta rítmica canción, o simple paliativo; creo, amigo Eduardo, que mejor en su justa medida, para no caer en la malsana adicción.
      Saludos.

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