Faltan médicos de
familia….
Los discursos de mejora suelen señalar la necesidad de más recursos humanos.
Pero, sin desatender la necesidad de personal, deberían plantear otra exigencia:
Es necesario mejorar
la organización asistencial.
Partamos del médico de familia integrado en un centro de
salud de nuestro sistema público. Nadie ignora la cantidad de actos absurdos
que tiene que realizar, o que se ve obligado a realizar. La pérdida de tiempo
que ello supone se ha expresado multitud de veces y de mil y una forma
diferentes. Si nos atenemos a la función médica esencial, incluso integral
(biopsicosocial), tal vez un médico de cabecera pudiese hacer lo que ahora
cuatro, y de mejor manera. Porque la cantidad no va pareja a la calidad. En el
ámbito de la salud, para aspirar a la calidad se necesita capacitación y
medios, responsabilidad y voluntad de los profesionales, pero también ordenar
la asistencia.
Y el ordenamiento asistencial en la Atención Primaria pasa
por:
1º. Informar a la población con claridad de los que se le ofrece y de sus derechos. Nada más pernicioso que la desinformación y la
propaganda engañosa.
2º. Establecer obligaciones o deberes de uso de los
servicios. El acceso sin límite de usuarios (no siempre pacientes) atenta
contra la calidad en salud.
3º. Eliminar toda la burocracia inútil que provoca demanda innecesaria. El papeleo absurdo y repetitivo impide la adecuada atención clínica.
4º. Conectar el ámbito de la salud con los agentes sociales (empresas, servicios de empleo, centros educativos, medios de comunicación, etc), para generar
confianza y evitar conflictos.
Podríamos extendernos más sobre el ordenamiento asistencial en pos de la calidad, que en el ámbito de la salud -como en otros- se ve imposibilitada por la cantidad, dando por hecho que cualquiera comprende que no es lo mismo atender a diez pacientes que a cuarenta. Pero creo que bastan estas cuatro ideas (información, responsabilización, desburocratización, interrelación) para no enredar, entendiendo que la mayoría asume que es preferible la calidad a la cantidad. El ejercicio de la medicina se ve perjudicado por la prisa y la opacidad, el medio hostil y la desconexión social. O de otro modo: precisa calma y transparencia, ambiente propicio y comunicación adecuada. Son premisas esenciales para conseguir ser eficaces (no digo ya eficientes en el ámbito público) y lograr el objetivo de la calidad en salud. Quienes no lo tengan claro tal vez deban subirse a una mesa para verlo mejor.
¿O quizás necesitemos de la música y la física?...
La Música y la Física, el Orden del Universo
Se necesita de la música, del arte, de la poesía... "Más artísticas" reclamamos en el ámbito educativo pero veo que es necesario ampliar la reclamación a otros.
ResponderEliminarMoitos bicos, José Manuel.
No sé, querida Lola, por qué seguimos perpetuando una sociedad opaca y chapucera. ¿Será consustancial al espíritu hispano?
EliminarBesos mil.