Recordando un pasado manifiesto y una pretérita reflexión, hoy se me ocurre decir:
No se puede tolerar
—dentro del sano juicio—
la locura de atacar
a quien presta un gran servicio.
Agredir a un sanitario,
cuyo trabajo es servir,
a ningún contestatario
se le debe permitir.
Incomprensible tener
que advertir a las personas
de que no han de arremeter
ni actuar como leonas.
Nadie tome por su mano
la justicia, aunque se duela.
¡Respetemos al humano
que alivia, cura y consuela!
¡Pero qué cuartetas, Pepe, estás hecho un Góngora! Mil veces no a las agresiones a sanitarios y un abrazo.
ResponderEliminarPablo: quedo agradecido
Eliminardel gongorino cotejo
y del abrazo encendido
solidario. ¡No me quejo!
Me ha encantado , te lo tomo prestado para mi blog con tu permiso, claro. UN abrazo
ResponderEliminarGracias, Antonio. Por supuesto que te puedes llevar las cuartetas.
EliminarUn pacífico saludo.