Es mucho más simple comprar libros que leerlos y más fácil leerlos que absorber sus
contenidos. W. Osler
Como complemento a los libros técnicos, William Osler, el padre de la medicina moderna (de quien hablamos a propósito de su obra Aequanimitas), proponía a los estudiantes de la ciencia hipocrática una lista de diez recomendaciones literarias que consideraba indispensables. Como médico humanista, no podía conformarse sin el complemento literario. De modo que instaba a sus estudiantes a que leyesen obras literarias, con el fin de que adquiriesen una educación humanística que, sin duda, habría de ayudarles en su actividad diaria con los pacientes. Y su lista de diez recomendaciones esenciales, que suman mucho más de diez libros, y cuyo inicio nos revela a un cristiano, era la siguiente:
- Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento)
- Obras de Shakespeare
- Ensayos de Montaigne
- Vidas paralelas de Plutarco
- Meditaciones de Marco Aurelio
- Disertaciones de Epicteto
- Religio Medici (La religión de un médico) de Thomas Browne
- Don Quijote de Cervantes
- Obras de Emerson
- Obras de Oliver Wendell Holmes
Verdaderos clásicos para la formación de todo médico, incluyendo obras de dos autores poco conocidos en nuestro medio (Browne y Wendell Holmes), a los que en la actualidad cabría añadir otras creaciones posteriores, como parte de los libros de cabecera ideales para un profesional de la medicina. De modo que en nuestro tiempo quizás hubiese que ampliar la lista, haciéndola extensiva a algunas otras creaciones. Y como orientación, nos puede ayudar nuestro particular listado cronológico de literatura y medicina, que se puede consultar AQUÍ.
Para saber más del padre de la medicina moderna:
Para saber más del padre de la medicina moderna:
Books Café
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NOTA.- En una red social comenta un compañero médico que cambiaría la Biblia por la Iliada. Se trata de una inclusión polémica para los no cristianos o judaicos, pero supongo que Osler habrá estimado su valor humanístico y literario.
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