martes, 5 de febrero de 2019

Enfermedad rara

(Foto del autor del blog)

[Microrrelato]

Aguardaba justicia. Debía lograr el reconocimiento de aquella rara enfermedad (mala herencia genética). Sobre todo, por su hijo, quizás mañana también afectado. Su abogado confiaba: apoyándose en informes médicos, le otorgarían una pensión y las ayudas necesarias (garantías de futuro). “¡Ganaremos en los tribunales!”, cantaba convencido.

Procedía litigar. De ahí su esforzado optimismo. Mujer joven, de admirable valor y buen humor, preservaba la sonrisa, pese a la muerte adelantada del único hermano (¡el mal del tabaquismo!) y el abandono del marido, cobarde ante su progresiva limitación. Articulaciones dañadas y huesos frágiles evidenciaban su minusvalía. Mente sana en cuerpo enclenque.

Prendió un cigarrillo para encender el pensamiento... Corrieran años superando intervenciones (cirugía repetitiva). Y ahora, absoluta pérdida funcional del aparato locomotor. Se levantó dificultosamente, impedida por el dolor y la fatiga. No podía sostenerse. Cedieron tobillos, rodillas, caderas, el esqueleto todo. Y cayó, tan raramente, que el cráneo claudicó. Aguardando justicia.

[2018, feb.]

Aunque te duela el corazón o se te rompa, cuando haya nubes de tristeza o tengas miedo, de nada sirve llorar. En las dificultades, es mejor tratar de sonreír...

Smile - Gregory Porter

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