No tardaremos en quedarnos sin el estupendo SNS del que venimos disfrutando.
La bondad de la accesibilidad –fácil acceso– de los pacientes a la atención primaria se ha transformado en la perversidad de la “hiperaccesibilidad” o “inmediatez”. De modo que la impaciencia de algunos usuarios ha convertido motivos de consulta menores (demorables) en “urgencias” inminentes, que entrañan sobrecarga y degradación asistencial, perjudicando a todos. Malo para los profesionales de la salud y malo para los pacientes. Gran problema, contemplado en un soneto.
INMEDIATEZ SANITARIA
Es mal de la asistencia sanitaria
la sobrecarga por demanda «urgente»;
se estima todo grave y de repente,
sin excluir ninguna franja etaria.
Da igual que sea una cuestión dentaria,
un resfriado o el picor más inocente;
incluso un papeleo en el presente
inquieta mucho en atención primaria.
Porque es la Sanidad un bien preciado,
sujeto a unos recursos agotables,
se puede degradar si mal la usamos.
Si hoy es un derecho asegurado,
pensemos que los tiempos son mudables.
¡No echemos a perder lo que gozamos!
La gran puerta de Kiev, de Cuadros de una exposición – Mussorgsky
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