La atención primaria de salud está gravemente enferma.
Resumen de una notificación del Colegio Médico a sus colegiados.
1. Por la desidia administrativa en revertir la situación de abandono de la AP, con una sobrecarga asistencial inaceptable, el Colegio Médico (provincial) denuncia a la administración sanitaria.
2. La administración sanitaria no entiende el motivo de la citada denuncia y presiona al Colegio y a su Junta Directiva, previamente a la presentación de la misma, MOSTRANDO UNA FALTA DE DIÁLOGO ABSOLUTA.
3. Los juzgados locales dan por sobreseída la denuncia, resolución “ya esperada”, pues consideran que la problemática denunciada incumbe a otros ámbitos administrativos y advierten de las denuncias previas interpuestas en otras instancias como la Inspección de Trabajo.
CONSIDERACIONES GENERALES Considera que los médicos logran reflejar la difícil situación de la Atención Primaria: una especialidad que ha tenido que responder a múltiples desafíos (envejecimiento de la población, cronicidad, aumento exponencial de la demanda, aumento exponencial de sus funciones y responsabilidades), sin que la administración haya acometido las reformas necesarias para poder asumirlos con calidad suficiente.
CONSIDERACIONES DEONTOLÓGICAS
Señala que el código deontológico, en su artículo 7.1 obliga a los médicos a “velar para que se den los requisitos de calidad y suficiencia asistencial” y obliga a “denunciar las deficiencias, en tanto puedan afectar a la correcta atención de los pacientes”. Desde esta base aprueba el que se lleven a cabo – por parte de las organizaciones colegiales- acciones dirigidas a señalar tales déficits.
PROPUESTA DE ACCIÓN
La Comisión entiende que, si bien el “sentir” se refleja en el escrito de los médicos, tanto la deliberación ética como los juicios deontológicos deben sustentarse en hechos concretos. La ausencia de datos acerca de hechos concretos probados es un obstáculo para profundizar en las deliberaciones y recomendaciones de la citada Comisión Deontológica. La situación de AP es un problema complejo, de larga evolución, con muchos ángulos y agentes implicados. Por ello, no cabe una denuncia genérica del estado de la AP, sino que deben ser identificados, analizados y, si procede, denunciados, hechos concretos.
—Se propone, por tanto, a la Junta Directiva, la creación de un registro o buzón de incidencias en Atención Primaria (a saber: vacantes no cubiertas, agendas “imposibles”, contratos “basura”, etc.) que tendría sede en el Colegio Médico y al que los compañeros podrían enviar sus denuncias concretas. Con el material, el Colegio podría elaborar periódicamente un informe admonitorio y serviría de base para valoraciones más rigurosas y para tomar decisiones sobre eventuales quejas o denuncias por parte del Colegio. Se crea así un “OBSERVATORIO” donde todos los médicos puedan dejar reflejados, con absoluta protección de datos y confidencialidad, deficiencias y abusos a los que son sometidos y que por desgracia son no solo frecuentes, sino que se han convertido en la norma.
Denuncia de la situación insostenible de la Atención Primaria
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Los gestores sólo ven números; los profesionales, fuego que los acecha.
Consultas aceleradas, insatisfacción general y burnout
La frase de arriba es una paráfrasis extraída del artículo «Mi burnout y yo». El autor dice que hay agendas que desafían las leyes del espacio-tiempo (con varias personas a la misma hora y minuto), que hay que definir el trabajo y considerar el trabajo añadido, que tiempo y complejidad no son intercambiables (hay problemas sencillos que lleva mucho tiempo resolverlos), que hay una gran distancia entre el estudio académico y lo que el médico afronta en la realidad...
El profesional se encuentra con una medicina acelerada, insatisfactoria para él y para el paciente, cuando el buen rendimiento sólo es posible en una medicina sin prisa. En estas malas circunstancias, ¿quién no se siente estresado?; y ¿quién no es en medio de ellas víctima propicia para el burnout? Y tratar de controlar el desgaste profesional sin abordar las causas no resuelve nada. Entonces, siguiendo al autor del artículo, proponer empatía, liderazgo, humanización o resilencia resulta vano.
En el burnout, o síndrome del quemado, hay una triada característica: agotamiento emocional, despersonalización y disminución del rendimiento personal. Desinterés hacia los pacientes, respuestas frías e impersonales, incluso cinismo, reflejan la despersonalización. Si ya era preocupante el problema de los médicos quemados antes de la COVID-19, parece haberse agravado con la pandemia.
El médico de familia, impotente ante la dificultad —o imposibilidad— de gestionar su propia consulta (¡qué bonita teoría la de la gestión clínica o microgestión sanitaria), en una continua lucha contrarreloj, clama por la racionalización de la asistencia, en un primer nivel que cada día se desborda. Es evidente que así las consultas no pueden ser resolutivas, un hecho que genera desconfianza (fruto de la insatisfacción) en los usuarios, y en consecuencia se encadenan más consultas —muchas de ellas «urgentes»— tratando de buscar respuestas satisfactorias ad infinitum. En palabras llanas, ¡urge parar este desaguisado!
Solución al problema de Atención Primaria: menos Atención Primaria. El primer nivel asistencial no puede abarcarlo todo, ni atender absolutamente a todo (incluida la demanda burocrática inútil). De otro modo: menos cantidad y más calidad asistencial. (Menos actos médicospermitiría mejorar cada uno de esos actos.)
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