EVOCACIÓN DE LEONARD COHEN
Quería cantar las canciones
que escuchaba en la radio, aquéllas
que de verdad me conmovían
por su fluir melódico y sus letras.
Y pretendía acompañarme
de la tosca guitarra
que un pariente me había regalado,
sin conocer apenas un acorde.
Entonces descubrí en un parque
a un verdadero mago de ese instrumento
musical de cuerda rasgada,
y le pedí que me enseñara.
Venía a casa de mi madre, viuda
joven, y fui aprendiendo
los fundamentos guitarrísticos,
hasta un día en que ya no apareció.
Desconcertado, tuve un mal presentimiento…
En la pensión modesta donde se hospedaba
el guitarrista virtuoso, me dijeron
que escuchaba en la radio, aquéllas
que de verdad me conmovían
por su fluir melódico y sus letras.
Y pretendía acompañarme
de la tosca guitarra
que un pariente me había regalado,
sin conocer apenas un acorde.
Entonces descubrí en un parque
a un verdadero mago de ese instrumento
musical de cuerda rasgada,
y le pedí que me enseñara.
Venía a casa de mi madre, viuda
joven, y fui aprendiendo
los fundamentos guitarrísticos,
hasta un día en que ya no apareció.
Desconcertado, tuve un mal presentimiento…
En la pensión modesta donde se hospedaba
el guitarrista virtuoso, me dijeron
que el buen hombre se había suicidado.
[2024, 27 ene.]
Leonard Cohen: Discurso Premio Príncipe de Asturias (fragmento)
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