El Faro de Vigo, un periódico de mi ciudad, publicó recientemente una noticia local que, supuestamente, se podría extraer de cualquier otra comunidad hispánica: El "adicto al pleito" abusa del gratis total. ¿Por qué será que me recordó el ámbito sanitario, con sus adictos “abusuarios”? Veamos los paralelismos.
La gente acude por razones nimias a los juzgados (y también a los centros sanitarios). Se pleitea hasta el absurdo, lo que indica hasta qué punto se ha judicializado la vida (y en una vida extremadamente medicalizada se demandan respuestas sanitarias hasta de lo no sanitario). Los juzgados, ya saturados de por sí, ven agravada su situación al tener que tramitar cientos de denuncias inconcebibles (y los centros de salud, no menos saturados, ven perturbado su funcionamiento ante cuestiones banales). Presentar una denuncia es gratis y eso provoca que el juzgado de guardia se haya convertido en un cajón desastre impresionante, afirma una jurista (y lo mismo dice una médica cualquiera de los servicios de urgencia o de los puntos de atención continuada).
Estas quejas, y otras, provenientes del ámbito judicial dan al traste con la teórica sociedad del bienestar; desde el observatorio sanitario también hay fundadas razones para considerarla del malestar, vista la progresiva expansión del desquiciamiento. Al final, los abogados acaban riendo por no llorar. Y yo, alargando las comisuras, os dejo el enlace a otra noticia relacionada para que riais: Señoría, quiero denunciar a mi marido porque es un aburrido.
Por ese motivo, en reuniones sociales, procuro evitar mencionar mi oficio, ya que eso a veces trae una serie de interrogantes desbordantes de estupidez, como el poder curativo de algunas plantas, el nivel de presión arterial normal, la energía del aura, y los grandes beneficios de las dietas.
ResponderEliminarY por aquello, Tony, de las consultas de pasillo: ni dan fama ni curan ni llenan el bolsillo.
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