El guitarrista David Russell, uno de los mejores intérpretes de guitarra clásica en la actualidad, ha dado conciertos en multitud de países, ha sido reconocido por la crítica internacional, ha realizado grabaciones de manera continuada (las últimas para el sello Telarc) y ha recibido importantes premios, incluido el GRAMMY en 2005. En mayo de ese mismo año recibió un homenaje del Conservatorio de Vigo –ciudad donde pasa parte de su tiempo libre–, cuyo auditorio lleva ahora el nombre de "Auditorio David Russell".Y desde entonces se convocan anualmente los Premios Honoríficos David Russell para jóvenes talentos.
(Foto del Sitio oficial de David Russell)
He tenido el placer de escucharlo y de conocerlo, pudiendo asegurar que es tan buena persona como músico. Podría traer aquí datos sobre el artista o extenderme en sus cualidades musicales y humanas, pero prefiero reproducir la entrevista que en 1987 le realizó el crítico musical Xoán Manuel Estévez para el diario gallego A Nosa Terra, y que he transcrito al castellano. Es un documento de gran interés, pese a los años transcurridos, por lo bien estructurada y las respuestas clarividentes del guitarrista.
David Russell, entrevista de Xoán Manuel Estévez
(ANT, Nº 325, 22 oct. 1987)“La guitarra es un instrumento de diversas orígenes, no se puede decir que proceda de un sitio concreto; en tiempos se decía que provenía del laúd, pero es más probable que venga de la vihuela. Desde el punto de vista de la construcción es originalmente española; esta afirmación parte de finales del siglo XIX, cuando comenzó a asentarse el modelo de guitarra que conocemos hoy en día”.
Quien esto afirma es David Russell, concertista en salas de gran renombre a nivel mundial: alrededor de veinte países son testigos del buen hacer de este guitarrista, nacido en Escocia, crecido en Menorca, formado musicalmente en Londres, y que por razones familiares tiene en Galicia actualmente su residencia estable.
A pesar de su condición de intérprete de autores previamente consagrados, David Russell no renuncia a la función artística de creador que cree corresponderle.
D.R.-Conversando con mi padre, que es pintor, a menudo hablamos de este asunto de la ejecución material de una obra de arte. Yo, como intérprete, soy tan necesario como el compositor en la creación de la obra; los dos somos imprescindibles, y aunque se toque dos veces la misma obra el resultado no es el mismo en las dos ocasiones: las notas no suenan al mismo tiempo. En literatura, por ejemplo, ocurre el mismo fenómeno: Shakespeare no existe mientras no es representado; una poesía mismamente, si tú no la lees no existe. Normalmente se respeta más al compositor, porque fue el creador inicial, pero el intérprete también es decisivo. Recuerdo un concierto que di con un jazzista en el que, al hilo de una introducción muy bonita que él hiciera, me contaba: "Nosotros, los músicos de jazz, cogemos una melodía y la vamos variando todo lo que podemos". Los clásicos, lo que hacemos es estudiar la obra para que, cuando se haga una nueva interpretación, parezca que se toca por primera vez.
X.M.E.- ¿Es fácil que un buen guitarrista de jazz o de flamenco sea un buen guitarrista clásico?
D.R.- No es fácil, como tampoco a mí, guitarrista clásico, me resulta fácil tocar otros estilos; si no vives en este mundo resulta difícil. Yo puedo imitar al flamenco pero al no vivir ese mundo, al no escuchar flamenco a diario, no puedo dar con el estilo apropiado.
David Russell y Xoán M. Estévez, por Xosé María Salgado |
Antes de casarse con una gallega y dar con sus bártulos en Vigo, David Russell ya aterrizara en nuestro país con motivo de los cursos “Música en Compostela”. De ahí le viene su relación con músicos de la talla de Andrés Segovia y Federic Mompou; también conserva su admiración por la capital gallega, en la que afirma encontrarse muy a gusto.
D.R.- Música en Compostela fue para mí la Meca, era el destino de los buenos músicos. Cuando me concedieron la beca para poder venir a Santiago, el entusiasmo propio de la ocasión se vio descompensado al comprobar que Segovia no estaba; sin embargo, fueron de gran interés para mí las clases de José Tomás.
X.M.E.- ¿Y de la música gallega, al margen del vacío de composiciones para guitarra, qué le interesa?
D.R.- Debo confesar que no estoy muy informado del ambiente musical gallego. Hasta ahora me preocupaba más de pasar el tiempo jugando al tenis, yendo a la playa o a la aldea que de otra cosa. Me planteaba descansar de la actividad musical y ahora, que ya soy de aquí, me intereso más al respecto.
X.M.E.- ¿Puede hablarnos de su aspecto pedagógico, como profesor que es esporádicamente? ¿Cuesta compatibilizar ese trabajo con el de concertista?
D.R.- Yo tengo mucha suerte al no necesitar de la docencia como medio de vida; no preciso de eso económicamente. Normalmente las lecciones que doy son cursos, como los que organiza el Conservatorio de Vigo; se trata de una especie de clases magistrales, que vienen siendo como una actuación.
(Foto del Sitio oficial de David Russell)
X.M.E.- ¿La variedad de países en los que ha tocado condiciona el repertorio escogido en cada ocasión? ¿Le preocupa el contexto social donde actúa?
D.R.- Cuando viajas y llegas a un país o continente con otros modos de vida distintos a los que te son habituales, si te estabilizas durante un tiempo, los valores que llevas ya no cuentan, y echas por tierra el tópico ése de países superiores e inferiores. Eso lo comprobé cuando estuve en África; me di cuenta de que los europeos, tan dados que somos a observarlos con cierto desprecio, en muchos aspectos no hay tal inferioridad. Eso sí, soy consciente de que yo tengo en el bolsillo tanto dinero como el que puedan ganar muchos africanos en dos años.
El repertorio sí varía según el lugar del concierto. En África, donde quedé impresionado del sentido vital que tienen de la música, tuve que ir desechando las composiciones de J.S. Bach. Sí toqué música española, y fue curioso un caso. En Sudán nunca llueve, en Malawi llueve medio año; entonces yo tenía pensado tocar Recuerdos de la Alhambra de Tárrega, que evoca los jardines de Granada y el agua. Todo esto produjo mucho impacto en Sudán, ávidos como están del líquido elemento; en Malawi, al serles familiar la evocación, les resultaba una música aburrida.
X.M.E.- ¿Como músico le interesan otras disciplinas paralelas: literatura, pintura, etc.?
D.R.- Es una cuestión difícil ésta de la estilística. Hace diez años la forma de tocar música barroca, por ejemplo, era poco barroca, teniendo en cuenta que en las otras artes el Barroco responde a un concepto de exageración, mientras que en la música se hacía con una frialdad que no se correspondía con la esencia de la estética. Pero nosotros como intérpretes tenemos que preocuparnos de hacer el Barroco de hoy, no el de hace dos siglos. Debemos satisfacer a un público que demanda unas sensaciones, y si no lo consigues fracasas en el intento.
X.M.E.- ¿Qué nos puede contar de su relación con Andrés Segovia?
D.R.- Yo le debo a Segovia el estar hablando aquí ahora. Lo que sucede es que su época como guitarrista-maestro ya pasó hace mucho tiempo; su línea ya dejaba de ser guía para los jóvenes guitarristas. Eso sí, ahora, recién muerto, es aprovechado por las casas de discos que reeditan grabaciones de hace cincuenta años.
Como ilustración sonoro-visual, traigo dos interpretaciones de David Russell: Choro Nº 1 de Heitor Villa-Lobos y El último trémolo de Agustín Barrios. ¡Disfruten del arte de este maestro de la guitarra!
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Hola José, también señalar que tiene una esposa quitarrista que se llama Mª Jesús y como el ,una excelente persona, además de ser su agente.Este verano acompañe una cantante e la capilla de la Guia en Vigo, en el 25 aniversario de su casamiento.Gracias por tus excelentes artículos.
ResponderEliminarMuy interesante! Muchas gracias. Miguel.
ResponderEliminarDavid Russell es uno de mis guitarristas favoritos, tengo casi todas la canciones de el, el es realmente un icono de al guitarra, muchas gracias por el post, esta muy bueno...
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