En una antología de fragmentos de Galdós titulada "La fe nacional y otros escritos sobre España", de la editorial Rey Lear,
aparece el siguiente texto, fechado en 1912:
"Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, paupérrima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental."
Es significativo lo de “pastar en el presupuesto”, viendo
cómo aún hoy los partidos se nutren de dinero público y sus miembros se ponen
sueldos y dietas a su antojo, mientras a los ciudadanos se les imponen sacrificios.
La ausencia de ideales de los gobernantes nos lleva al descreimiento, el
favoritismo y otros males nacionales nos abocan a la desgana. ¿Hasta cuándo? ¿Quién
puede asegurar que algún día nos desprenderemos de esta eterna cruz hispana, que
nos aplasta e impide avanzar? ¿Han de seguir los gobernados abrazando "la fe del carbonero"?
The meaning (El significado) - Roger Hodgson-Supertramp
Muy buena la entrada José Manuel, parece que como dice el dicho popular: los países que olvidan su historia -como los malos estudiantes- , tienen el riesgo de repetirla.
ResponderEliminarEsperemos que no ocurra aquí lo mismo, y no venga una solución tan traumática como la que llegó en el año 36 , aunque cada vez son mas los que nos confiesan abiertamente o desde la intimidad de la relación medico- paciente, que asi lo añoran.
No conocer la historia es malo, amigo Juan, pero aún peor es conocerla y tropezar en la misma piedra.
EliminarGracias por tu deferencia.
Buenos días, José Manuel. Parece que los problemas existentes en 1912 no se han resuelto y hemos vuelto al punto de partida.
ResponderEliminarEs increíble la clarividencia de Galdós y da miedo pensar que la situación actual no es muy diferente.
Esperemos que sepamos resolver nuestros problemas de forma diferente.
Una entrada magnífica que acabo de compartir.
Un fuerte abrazo.
En verdad, amigo Antonio, la observación de Galdós es clarividente. Seguimos en la misma, cumpliendo al dedillo lo de Cambalache.
EliminarUn galdosiano abrazo.