martes, 5 de enero de 2021

Recordar lo bueno para seguir resistiendo


El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza. Helen Keller

Sonidos, sensaciones gustosas, afectos y deleites... Leemos lo provechoso, lo bueno de 2020, que a pesar de ser un año trágico (al decir de muchos para el olvido) Juan Gérvas rescata, para seguir resistiendo. Y de inmediato nos inspira...


HOMBRE FELIZ
Oda a Juan Gérvas, médico y hombre feliz

Escucho los sonidos que agradan a mi oído,
desde el viento hasta el trueno,
pasando por las voces sosegadas que razonan,
cariñosas y amables o con cantos y risas
—sin dejar de atender ni lamentos ni quejas,
que recojo confiando en futuras mejoras—,
y detengo mi paso imparable
en la música humana que acaricia mis tímpanos,
en el rumor del mar que cambia con las olas,
en las piedras rodantes que en la playa tropiezan
o en el susurro cantarín de algún arroyo,
y me complazco como un niño
en el concierto inigualable de los pájaros,
en el mugir de vacas y en el balar de ovejas,
en el crujido de la nieve en la montaña
o al pisar las hojas secas en los caminos del bosque,
e incluso en el estruendo de botellas y vidrios
que, igual que la infantil algarabía, casi me alimenta.

Mis restantes sentidos se solazan también:
en el buen cine que me atrapa,
en la riquísima gastronomía
(con los vinos certeros que no deben faltar),
en variados manjares y licores
que deleitan los ojos y el olfato apetece 
y el papiloso gusto saborea.
No faltan abrazos y besos
de familiares y de amigos;
y todo aquello que mi tacto ansía,
en el instante más propicio se me ofrece
como torrente de caricias. Tampoco los goces
supremos que pensáis están ausentes. No.
Alegrías a miles he tenido,
en medio de desgracias y a pesar de bozales
—que inevitablemente han llegado
o por pandémica tragedia se han impuesto—,
buscando en la anormalidad los mejores momentos.

En fin… Insto a la solidaridad y a no ceder
al desánimo. Con la libertad por bandera
y respetando a quienes piensan de otro modo,
avanzad sanamente: la conciencia tranquila.
Yo seguiré bogando a mi manera
y, como siempre he hecho, libremente
continuaré nadando con estilo propio,
disfrutando de mis actividades,
de lecturas abiertas o escogidas,
del agua y de los campos
del mar y de los ríos —y de ciertos pantanos—,
de la fauna y la flora fascinantes
(¿qué animales cercanos o salvajes
y vegetales mi atención no atraen?),
de calores y fríos que me vengan,
de veratoñoprimaviernos que me queden.
Mi lema es recordar lo bueno,
para así seguir resistiendo… hasta el final.

Esto es un canto a la vida,
a pesar de las miserias,
por lo mejor de este mundo...
¡Flujo optimista en mis venas!

«Allegro vivace» de Sinfonía nº 4 «Italiana», de Felix Mendelssohn
***
NOTA. Este poema (o intento) ha sido publicado con el beneplácito de su inspirador, el doctor Juan Gérvas, a quien ya habíamos homenajeado en otra entrada: "Un médico integral e íntegro". Gracias, maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario