De pastor de cabras a poeta...
Adscrito a la Generación del 27, Miguel Hernández (1910-1942) destacó por la hondura y autenticidad de sus versos, reflejo de su compromiso social y político. Aunque cronológicamente el autor debería pertenecer a la llamada promoción del 35, de la que formaron parte poetas como Luis Rosales o Leopoldo Panero, el estilo de su obra y su relación con los representantes de la Generación del 27 hacen que se le considere el miembro más joven de ella o el "genial epígono del grupo", en palabras de Dámaso Alonso. Su interés por la literatura lo llevó a profundizar en la obra de algunos clásicos, como Garcilaso de la Vega, Luis de Góngora o Calderón de la Barca, que posteriormente tuvieron una marcada influencia en sus versos y en sus primeras tentativas teatrales. También conoció la producción de autores como Rubén Darío o Antonio Machado. Participó en las tertulias literarias locales [en Orihuela, su ciudad natal] organizadas por su amigo Ramón Sijé, encuentros en los que se relacionó con la que luego fue su esposa e inspiradora de muchos de sus poemas, Josefina Manresa.
Su primera incursión literaria como joven poeta se fecha hacia 1925, y es fiel reflejo de su compromiso con la sencillez del mundo rural que le rodea, el monte, el paisaje, los animales, la huerta, los árboles…. Es una poesía colorista, recargada, en donde se aprecia la influencia de la obra de Góngora y de Rubén Darío.Biografía de Miguel Hernández –Legado M. H. Jaén
A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela y El Día de Alicante. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época.Miguel Hernández. Biografía –Instituto Cervantes
La obra poética de M.H. abarca poco más de una década. En ese tiempo, relativamente breve, se observa una intensa evolución en su quehacer poético que va desde una obra inicial vinculada a la tradición, enraizada en los clásicos, hasta una poesía personalísima, de intensa emoción humana. M.H. es un poeta “permeable”, que va adaptando a su fuerza creativa y a su originalidad diversas influencias literarias que acaban por determinar su personalidad y su estilo. En un primer momento, los clásicos, Góngora –el maestro de todos los poetas del 27–, Quevedo, Calderón y Garcilaso. Más tarde, Pablo Neruda y Vicente Aleixandre. Sus primeros versos son de gran sonoridad, de gusto romántico y modernista. Se aleja de la estética “purista” de Juan Ramón Jiménez y se acerca a la llamada poesía “impura”; después entra en la religiosidad y en el hermetismo, en el gusto por la metáfora elaborada y en “hipérbaton concentrador del pensamiento” (Cano Ballesta) buscando deslumbrar y las vanguardias. Entra en lo que Gerardo Diego llamaba “acertijos poéticos” [influencia de Ramón Gómez de la Serna]. Más tarde, busca una luz más amplia, acercándose al final a la poesía “comprometida” y revolucionaria, combativa, todo ello sin olvidar sus orígenes campestres y rurales.
Es recordado como un mártir perecido bajo la opresión del franquismo, pues sólo tenía 31 años de edad cuando murió debido a la tuberculosis en una cárcel de Alicante. Eso ocurrió tras ser arrestado y condenado a muerte (luego su pena fue conmutada a 30 años de prisión). Hernández tuvo una corta vida, pero dejó un vasto legado de obras renombradas, entre las cuales destacan Perito en lunas, El rayo que no cesa y El viento acecha.Miguel Hernández –ActualidadLiteratura
Poemas escogidos de Miguel Hernández
Canción del esposo soldado –Lectura AQUÍ (por el poeta)
Elegía (a Ramón Sijé)
Eterna sombra –angustia
Madre España –Lectura AQUÍ
Me sobra el corazón [Mirada a la muerte] –Lectura AQUÍ
Nanas de la cebolla –hijo. Lectura AQUÍ
¿No cesará este rayo que me habita…? –poesía, poeta
Oda a la higuera –erotismo, sexualidad
Sentado sobre los muertos –guerra
Vuelo –Deseo de libertad en el encarcelamiento
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Llegó con tres heridas
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses...
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.
Sentado sobre los muertos
–Lectura AQUÍ
No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.
Vuelo
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Elegía
Elegía, Miguel Hernández
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