Podemos definir la bioética como la ética (del griego ethikós, de éthos, costumbre, hábito), ciencia o estudio de las costumbres e ideas morales, aplicada al campo de la biología, de la vida. Una disciplina que trata de encauzar la conducta humana en el ámbito biomédico y de cuyos principios (autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia) la Atención Primaria de Salud no puede mantenerse al margen.
Se inicia oficialmente este enfoque en 1970, a partir de que el profesor de oncología de la Universidad de Wisconsin Van Rensselaer Potter utilizase el neologismo "bioética" (que ya había sido introducido en 1927 por el teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr), convencido de que “la ciencia sin conciencia no conduce sino a la ruina del hombre”. Hoy en día forma parte de las Humanidades Médicas.
El hecho de que la bioética planteada específicamente como bioética médica no sea muy tenida en cuenta en los planes de estudios médicos, al igual que el resto de las Humanidades Médicas, supone una importante carencia de cara al ejercicio profesional, que vendrá marcado por unos deberes morales que determina la deontología (del griego deontos, deber, y logía, tratado), en este caso médica, concretados en un código deontológico [v. abajo] que pretende un ideal ético. En estos tiempos en que a los galenos se les plantean tantos dilemas éticos es básico tener conocimientos en esta materia.
Para darse cuenta de su importancia, no hay más que considerar los ámbitos de aplicación (aborto, eutanasia, fertilización in vitro, transfusiones de sangre, trasplantes de órganos, reproducción asistida, manipulación genética, clonación humana, dilemas derivados de la relación médico-paciente, etc.) y detenerse en los cuatro principios de la ética médica:
- Principio de no maleficencia. Lo primero es no hacer daño: primum non nocere.
- Principio de beneficencia. Actuación en beneficio del paciente.
- Principio de autonomía. Decisión autónoma del paciente respecto a su salud y a las intervenciones médicas. Expresado en sumo grado en el “consentimiento informado”.
- Principio de justicia. Opuesto a la desigualdad, dispone un trato médico en igualdad de condiciones, sin distinción.
En definitiva, de poco valen los conocimientos médicos si no se aplican de la mejor manera. Por eso la bioética médica propone que la aptitud médica sea aplicada con una buena actitud; dicho de otro modo, la ciencia con conciencia.
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Coincido contigo, amigo José Manuel, en señalar la escasa importancia que las humanidades, en general, y la bioética en especial, tienen en el plan formativo de los estudiantes de Medicina.
ResponderEliminarCreo, también, que el "curriculum" de la carrera está sobrecargado. Quizás convendría revisar y puede que "recortar" el programa de algunas asignaturas, cuyos contenidos podrían ser más propios de la formación especializada que de la Licenciatura (ya "Grado") en Medicina. Pero eso no es óbice para que, de forma reglada, y no sólo por la buena voluntad de algunos profesores, se faciliten a los alumnos de Medicina las estrategias necesarias para saber afrontar los problemas bioéticos que TODOS nos encontramos con frecuencia.
Gracias por incluir en tu blog asuntos de tanto interés y, con ellas, mi más cordial saludo.
Es curioso que se nos pida un atención integral, biopsicosocial, sin que se nos haya formado para la misma. Por eso, querido Francisco, creo conveniente una enseñanza de la Medicina que englobe lo científico y lo humano, en la linea marañoniana que a ambos nos cautiva.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.