La literatura de consumo consume la Literatura.
Al hablar de subliteratura (o paraliteratura) versus literatura, uno se plantea dónde está la frontera entre ambas, por más que se dé por hecho que la primera entraña productos de baja calidad y sin pretensiones –obras poco profundas y acríticas, incluso plagiadas–, dirigidos al consumo de masas, muy bien promocionados y que aspiran a buenos beneficios comerciales. Aunque se dice que todo el mundo sabe lo que es la subliteratura pero nadie es capaz de definirla; bueno, algunos la tachan directamente de mala literatura o de “literatura basura”.
En referencia a creadores subliterarios o paraliterarios, aquí se pone como paradigma a la prolífica Corín Tellado (defendida por Francisco Umbral, si es que no había ironía en sus afirmaciones), la autora hispana más famosa de la “literatura popular” (¡vaya eufemismo de subliteratura!), la reina de la novela rosa.
De todas formas, las consideraciones cambian con el tiempo y con la valoración de los críticos. Son éstos quienes en definitiva determinan qué creadores son o no son merecedores de entrar en la (su) historia de la literatura. Escritores muy difundidos y leídos, como Julio Verne, Jack London o Agatha Christie, son generalmente excluidos. Pero por más que la crítica honesta nos sirva de guía para elegir los caminos en la intrincada jungla libresca, han de ser los propios lectores los que aprendan a discernir, con el deseo de saber y disfrutar.
Otro tanto podríamos de decir de la música con mayúsculas frente a la submúsica, pero eso ya es otra historia.
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Este post está inspirado en otro del Dr. Tony Chávez, en su blog “De médico a cineasta”, quien se refiere a un mega género que puede abarcar muchos géneros y subgéneros (novelas policíacas, de espionaje, de intriga, romanticonas, eróticas, esotéricas, ciencia ficción, aventura, magia, fantasía, mitología, terror, horror y otros recovecos oscuros):
Enlace de interés:
La subliteratura (“Escribir. Manual de técnicas narrativas”, Enrique Páez Mañá)
Lo que me pregunto, apreciado José Manuel, es porqué no se habla de subpoesía, subpintura o subcine. Ciertamente hay variedades y gustos y muchas veces los límites no son tan marcados entre un ámbito y otro. Muchas veces uno puede desear leer algo ligerito y sin solemnidades y la misma literatura seria puede nutrirse de elementos de la 'sub'. En fin, bienvenida la literatura y sus múltiples manifestaciones.
ResponderEliminarGracias por tu estimulante reflexión. Un cálido saludo.
Mi querido Lizardo, permímete responder a tu inquietud, es que en estas artes, lo que no vale es descartado sin mayor piedad por los coprofrénicos miembros de la crítica, sin darle la más mínima chance. Algunas joyas del cine han sido vilipendiadas hasta no más por fallas mínimas o por mostrar ocasionalmente un seno o un pubis. La dizque literatura seria SE NUTRE DE HECHO de aquella a la que desprecia, y esa nutrición también tiene una connotación innerente, ya que solo podremos apreciar las buenas obras habiendo consumido una buena dosis de sub literatura. Nadie nos puede decir el sabor amargo del limón o el picante del rocoto, solo uno mismo puede apreciarlo y adecuar su paladar a su gusto, igualmente con tantos escritos vanos que por allí existen.
ResponderEliminarTambién aprovecho, comentario a parte, para agradecerte José Manuel por las referencias y por la consideración por mi humilde rincón digital.
ResponderEliminarDoy por buena, amigo Lizardo, la respuesta de nuestro bienquerido Tony. Cualquier "subarte" lo estima una determinada actitud crítica. Y la literatura tildada de menor -ya por carencia de estilo o superficialidad- no sólo vale para apreciar la más elevada, sino que es la indicada para iniciarse en la lectura y aprender otro idioma, dada su mayor accesibilidad intelectual.
ResponderEliminarEncantado de teneros aquí y sentir vuestro inteligente estímulo.