Que sea médico más grave
quien más aforismos sabe,
bien puede ser;
mas que no sea más experto
el que más hubiere muerto,
no puede ser.
GÓNGORA
Los escritores han sido a veces injustos con los ejercientes de la medicina, incluso han mostrado animadversión hacia ellos o resentimiento de dudosa causa, que se puede sospechar por alguna mala experiencia, ya propia o de algún allegado. Hemos recogido algunos dichos maldicientes sobre los médicos (junto a otros elogiosos y neutrales), de hombres de letras y anónimos (del refranero).
Y entre los poemas ácidos o irónicos sobre médicos tenemos los siguientes:
A un médico tuerto, Juan del Valle y Cabiedes
Bien puede ser, Luis de Góngora [11ª estrofa] –humor
El médico cazador, Vital Aza
Médico titular, Juan Ramón Jiménez* –médico de pueblo
Neuropatillo, Juan Ramón Jiménez* –médico especialista
Sacamuelas que quería concluir con la herramienta de una boca, F. de Quevedo**
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*Juan Ramón Jiménez se burla de los médicos, de un médico de pueblo y de un especialista (que considera ‘especialistito’). Sin embargo, cabe recordar su amistad con el doctor Luis Simarro, neurólogo y psicólogo, pues recibió cuidados de salud mental en su sanatorio y vivió un tiempo en su casa.
Este especialistito Casualidad, galeno
por vicio, ha visto a nuestro Hume-Wundtiano, cuando
le pregunta algún cliente: “Y esto, doctor, es bueno?”,
responder: “Eso dicen”…, y seguir trabajando.
**El espíritu crítico quevediano no tiene límites.
Quitarnos el dolor, quitando el diente,
es quitar el dolor de la cabeza,
quitando la cabeza que le siente.
____
Estos poemas ya los hemos referido, junto a otros, en la entrada:
La medicina, esa ciencia inexacta: POEMAS SOBRE LA MEDICINA
—«¡Doctor! —exclamó Guillermo
con rabia mal reprimida–,
¡Ahí va un enfermo! ¡Un enfermo!»
Y ¡pum! ¡Lo mató en seguida!
VITAL AZA, El médico cazador
El médico cazador, Vital Aza
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