viernes, 12 de julio de 2024

La pérdida de Cuba

División territorial de Cuba

Cuba consiguió la independencia de España después de tres guerras: Guerra de los Diez Años o Guerra Grande (1868-1878), Guerra Chiquita (1879-1880) y Guerra de Independencia Cubana o Guerra del 95 (1895-1898), siendo esta última la decisiva, sobre todo cuando entró Estados Unidos en el conflicto interesadamente, justificándolo por un supuesto sabotaje del acorazado Maine, que no fue tal, sino que sufrió una explosión accidental que supuso la muerte de la mayor parte de sus tripulantes. La cuestión es que esa decisión tomada en 1898 dio comienzo a la particular Guerra Hispano-Estadounidense. Además, los obstáculos al desarrollo del submarino Peral, un novedoso sumergible lanzatorpedos, a causa de la estupidez y la envidia hispanas, impidieron contar con un poderoso artilugio bélico que podría haber sido decisivo en el combate naval. Y al final perdimos Cuba, la perla del Caribe, como parte del Desastre del 98.


ELEGÍA POR LA PÉRDIDA DE CUBA*

Hermosa Cuba perdida
y largamente llorada
en corazones hispanos
al marcarse su distancia;
tres guerras fueron precisas
para que se desligara
de su madre complaciente,
de su insigne madre patria.
Los mambises sublevados
por razones o venganzas,
los políticos ineptos
o confiados en España,
los soldados mal provistos
en la manigua cubana,
los yanquis que tienen fija
en la isla su mirada,
los generales errados
en militares campañas,
tropicales infecciones**
que incrementan nuestras bajas, 
el submarino Peral
que por estupidez falta...,
muchos factores en contra
para vencer en batallas.
¡Y al final el gran lamento
de una nación derrotada!,
mientras otra que ha nacido
muestra su alegría y canta,
feliz por su independencia
entre caribeñas aguas.
(No lucirá el mismo astro
en la tierra soleada,
no servirá el heliógrafo***
para el fin con que se usaba.)
.......................................................
Gloriosa Cuba de ensueño,
joya que brilla lejana,
melódica isla entrañable
desde Santiago a La Habana,
con misma sangre y cultura
y, sin rencores, amada,
no olvidarán españoles
que de ella no se separan.

[2024, 26 jun]

*Este poema en forma de romance es fruto de la lectura de una novela de José María García Páez: Los yanquis, ¿esos bastardos? Cuba en guerra (1895-1898), en la que aparecen los protagonistas de un hecho histórico relevante que, por mi parte, resumo en elegía colectiva. Y es que la inspiración propia sule surgir de la creación ajena: «Lo cierto es que una parte de los poemas que escribimos surgen de la lectura de otros autores. Leer no sólo es una dedicación creativa sino una vía que estimula la creatividad» (Carlos Medrano).
**En especial paludismo (malaria) y fiebre amarilla. El ilustre Santiago Ramón y Cajal participó como médico en la Guerra de los Diez Años y enfermó de paludismo; su experiencia la dejó escrita en el libro Recuerdos de mi vida.
***Curiosidad de la lectura de la novela referida: la importancia del heliógrafo (instrumento que mide la intensidad lumínica solar y la duración de la insolación diaria en un lugar determinado) durante la guerra de Cuba.

La guerra de Cuba y el desastre del 98

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