Las ausencias escolares de los niños las justifican sus tutores legales, no los médicos. Determinado así en 1985. Y en 2024, casi 40 años después, parece no estar claro todavía, cuando se le sigue pidiendo al médico un ‘‘justificante de ausencia’’ que no le corresponde y se ve obligado a anunciarlo. En este caso para que los padres que no lo sepan tomen nota y se lo digan a maestros y profesores, si es que tampoco lo saben, después de casi cuatro décadas de establecida la norma.
Y para quienes ya lo sabían o no, una vieja canción muy refrescante...
El telegrama (Ya lo sabía) – Monna Bell
Bonito conflicto es este, Pepe. Es una guerra a la que los médicos os veis arrastrados como víctimas colaterales. Culpables: los padres descerebrados que se hacen cómplices de sus hijos cuando estos pretenden hacer trampas. Situación típica: un día pones un examen al que faltan uno, dos o tres niños (porque la irresponsabilidad de algunos papás ha hecho que este truquito se haya extendido mucho), y al día siguiente se te presentan los tres con papelitos cumpliendo la ley del cartel ese del consultorio médico, justificando la ausencia con una oportuna enfermedad falsa y preguntándote qué día les vas a poner el examen que no pudieron hacer porque les dolía la tripa. ¿Qué puede hacer el profesor? Puede, por ejemplo, tirar de otra norma que también existe: usted no vino al examen, tiene un cero y ya se presentará a la recuperación (si para entonces su tripita no le falla). Esto es cortar por lo sano y perjudicar a los alumnos que faltan a exámenes con razones verdaderamente justificadas (que los hay) por culpa de los tramposos. Para evitar esto y al mismo tiempo cerrarles el paso a los ventajistas (hacer el examen un día después es también jugar sucio con los compañeros), muchos profesores optábamos por esta regla, que no está en ningún BOE, pero la podíamos poner: las ausencias a exámenes no podrán ser justificadas con un simple justificante paterno, sino que deberá mediar documento no cómplice de una institución externa.
ResponderEliminarEn el caso de los médicos, invitados a esta guerra contra su voluntad y su obligación, yo les decía a mis chicos: si estás tan malo como para no venir, tiene que verte un médico. Sin justificante de visita, no me creo tu enfermedad. Les decía, no obstante, que no tenían que molestar al facultativo pidiéndole inoportunos justificantes médicos, sino que fueran a la recepción que hay en todo consultorio (tanto público como privado) y pidieran uno de esos simples volantitos en los que se acredita que fulanito estuvo en esa consulta tal día y a tal hora, los mismos que les dan a los currantes para la empresa, que valen y no son documentos médicos. Es una solución sencilla y eficaz. Los papás están dispuestos a firmarles a sus hijos justificantes falsos, pero no a perder la tarde yendo a la consulta para que les den un volantito de estos. Créeme lo que te digo: si no hay medidas disuasorias, los días de examen se convierten en días de epidemia, cosa que no se puede permitir.
Lo has explicado todo, Pablo, con claridad meridiana y sin medias tintas. Esa inmadurez de algunos padres es el problema, no la picaresca de los hijos. En nuestra época estudiantil esto era impensable, o excepcional, porque no había tanta permisividad.
EliminarEn ningún caso, ni como validación externa, un servicio público debe emitir un informe para solventar la irresponsabilidad de nadie y, mucho menos, de unos padres irresponsables. El ejemplo dado por los padres no es bueno, desde luego, pero someter al médico o al administrativo (servicio de admisión) a emitir un justificante, profundiza en el el mal ejemplo. En un contexto educativo, se me ocurren pocas cosas más contradictorias. El responsable es el tutor legal. Si hay sospecha de abusos, la dirección del colegio debería de disponer de herramientas para disuadir
EliminarToda la razón, Carlos. Y si no se ha solventado el problema es porque se han seguido emitiendo justificantes, por ignorancia o para eludir conflictos. Algo parecido sucedió con los certificados para el INEM, por 'olvidos' para sellar la tarjeta del paro. En fin...
EliminarGracias por tu comentario, claro y contundente.
Se comprende la decisión del profesorado de exigir la validación de una institución externa. Que sea el servicio sanitario público y "gratuito" ya no tanto. Pues aquello es una decisión unipersonal no avalada por ninguna norma superior, que provoca un uso ineficiente del servicio sanitario de todos.
ResponderEliminarLos trabajadores que por motivos de salud no pueden ir a trabajar reciben una exploración y una baja laboral (que conlleva en la mayoría de casos reducción de sueldo). Difícilmente es confirmable que se ha tenido diarrea y fiebre esa noche y por eso no se ha acudido al trabajo. Emitir en ese caso un simple justificante, que supondrá recuperar las horas otro día, es colaborar también con la picaresca.
Si el profesor quiere acabar con la permisividad de algunos padres, que exija un informe que suponga coste real, un informe notarial de la veracidad de los hechos. Al fin y al cabo es lo que se le pide al médico, que de fe de que los síntomas que se comentan son reales y suficientes para no ir al colegio.
Ahí le has dado: lo gratuito se trivializa. Si dar fe del 'hecho' tuviese un coste, el problema desaparecería.
EliminarUn saludo y gracias por tan jugoso comentario.