Los acuerdos de objetivos nacen de la desconfianza. Reinhard K. Sprenger
Diálogo entre el Dr. Abré, médico de familia, y el Dr. Convencido, gerente de atención primaria (dentro de la nueva organización de atención integrada):
Dr. Abré.- En este centro de salud discrepamos de los objetivos planteados en
el mal llamado acuerdo de gestión, que no es un pacto entre las partes,
sino una imposición unilateral.
Dr. Convencido.- Puede que en lo de imposición tenga usted razón, Dr. Abré, pero los
objetivos son los adecuados para garantizar la calidad asistencial y la
sostenibilidad del sistema.
Dr. Abré.- Pues
leyéndonos, Dr. Convencido, no vemos
ninguna intención de garantizar la calidad, tan sólo disposiciones
economicistas que atentan contra esa pretendida calidad.
Dr. Convencido.- Primero, el acuerdo de gestión garantiza la accesibilidad, con
demora cero; no me lo pueden negar. Segundo, no sé a qué disposiciones
economicistas se refiere.
Dr. Abré.- Nuestros gestores, incluido usted, confunden accesibilidad con
barra libre. Y es evidente que se basan en criterios economicistas: basta ver
los indicadores que manejan.
Dr. Convencido.- De algún modo hay
que medir la actividad asistencial de los médicos de familia. Nos centramos en
los polimedicados, el gasto farmacéutico, las derivaciones...
Dr. Abré.- La polimedicación es mayormente inducida desde el nivel
hospitalario. Valorar las derivaciones adecuadas es realmente difícil. Del
gasto farmacéutico tengo mucho que decir.
Dr. Convencido.- ¡Hable usted del gasto de farmacia, Dr. Abré! Han logrado aumentar
el porcentaje de medicamentos genéricos, pero en otros indicadores de
prescripción flojean.
Dr. Abré.- Me ha tocado la fibra sensible, Dr. Convencido. Es un gran error medir el gasto medio por receta y no el farmacéutico total: ¡puedo bajar aquél subiendo éste!
Dr. Convencido.- Entiendo; también a mí me parece mal este indicador. Obliga a los prescriptores a dar medicamentos baratos, de complacencia, para disminuir la media. ¡Hum!
Dr. Abré.- No lo veo muy convencido, doctor ídem. Entenderá que no
queramos firmar un acuerdo que no es tal y con el que discrepamos. No sé si le
perjudicamos...
Dr. Convencido.- Para nada me perjudican. Pero me gustaría que firmasen… (Contrariado,
mira al Dr. Abré.) Estimaré sus observaciones y seré flexible en las
mediciones.
(Se marcha el gerente y el médico de familia se queda pensativo: “Siempre la misma cantinela. Todo va a seguir igual”.)
(Se marcha el gerente y el médico de familia se queda pensativo: “Siempre la misma cantinela. Todo va a seguir igual”.)
Es habitual que se firmen acuerdos de gestión, a modo de
compromisos para cumplir ciertos objetivos y conseguir un complemento de productividad, de un modo automático, sin reparar en lo absurdo de algunos contenidos o incluso sin leerlos. Es necesario cambiar el actual
procedimiento para que sean auténticos acuerdos, pactados, con objetivos
clínicos realistas, inteligentes y sensatos. De otro modo se mermará la calidad
y no se frenará el gasto sanitario.
Y de los insatisfactorios acuerdos, a los placenteros recuerdos...
Y de los insatisfactorios acuerdos, a los placenteros recuerdos...
Try to remember - The Brothers Four
No hay comentarios:
Publicar un comentario