viernes, 21 de enero de 2011

Sobre la medicalización esclavizadora


Hemos medicalizado tanto la vida que sólo se considera sana a la persona que no ha sido lo suficientemente estudiada. José A. Mainetti

Sobre la cuestión palpitante de la medicalización de la vida, tan traída y llevada últimamente, preocupante desde las vertientes de salud pública y económica (¡ay, la crisis!), y favorecida por el fenómeno disease mongering  ("invención de enfermedades"), encuentro un nuevo destello en ese sanitario faro orientador que es El Supositorio, y una sensata advertencia en ese otro introspectivo que es El Nido del Gavilán, que nos llevan a la intervención de los responsables de eses blogs (Vicente Baos y Enrique Gavilán) en un artículo periodístico y una entrevista de prensa. No, ni la menopausia es una enfermedad, ni la calvicie es peligrosa para la salud, ni la tristeza es depresión que haya que tratar con fármacos.

No tenemos derecho a crear una sociedad hipocondríaca emitiendo continuas alarmas sanitarias (¡las consultas se llenan de enfermos imaginarios!).

No debemos añadirle más problemas al sufriente ser humano.

No hemos de esclavizar con otras modas.

Y si de la medicalización de la vida todos somos culpables, desde la Administración que no controla los excesos, la Industria Farmacéutica que fabrica medicamentos no siempre necesarios, los médicos que prescriben en demasía, los farmacéuticos que procuran vender sólo en busca de ganancia, los Medios que divulgan interesadamente y los usuarios/consumidores que se dejan manipular, creo que es la Administración –representada en sus organismos sanitarios– la principal responsable, en cuanto permite la publicidad engañosa y financia fármacos de dudosa eficacia (e incluso con alto riesgo de reacciones adversas). Por lo demás, cabe hacer un llamamiento general a la sensatez y al sentido común, en unos tiempos en los que se emplea poco el intelecto.

Ya me dice mi amigo Mariano:
—¡Hemos de procurar una sociedad menos débil y más libre, más sana y menos consumista!
Y yo le respondo:
—¡Amén!

4 comentarios:

  1. Muchas gracias. Coincido contigo en los responsables.
    Un cordial saludo

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  2. Gracias a ti, Vicente, por tus sugestivas entradas.
    Un abrazo.

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  3. Siempre guardo un grato recuerdo de una de mis Profesoras de farmacología, la Dr.ª Lourdes Armas, quien en repetidas ocasiones insistió en que debíamos tener una racionalidad a la hora de prescribir medicamentos, citando ejemplos claros de vitaminas para el hígado, fármacos para las dos, y otros por el estilo. Los médicos tenemos una gran responsabilidad en este asunto, pero en muchas ocasiones claudicamos ante la gran industria farmacéutica y sus poderosas armas.

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  4. A propósito de la medicalización, amigo Tony, cabe recordar una frase de Iván Illich: "El médico, con tanto prescribir y prescribir, no hace otra cosa que atender a personas que piden medicamentos y a personas que sufren las consecuencias de esos medicamentos". Creo que todos hemos de ser cautos.
    Un abrazo.

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