lunes, 20 de octubre de 2014

Enseñanza libre y excelente

Fuente

Siempre he escuchado críticas contra los rígidos programas educativos, que no permiten enseñar con libertad. Y eso me hace pensar en lo poco que hemos avanzado desde aquella Institución Libre de Enseñanza (ILE), fundada por el pedagogo y filósofo Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) y otros catedráticos, defensora de la libertad de cátedra, inmune a dogmas oficiales establecidos por el Estado. Basta ver la cantidad de hombres ilustres que la apoyaron y pasaron por sus aulas, comprometidos con la renovación educativa, cultural y social: Manuel Bartolomé Cossío, Joaquín Costa, Leopoldo Alas “Clarín”, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón… Su historia y sus frutos pueden comprobarse en el enlace previo y en el video final.

La Institución Libre de Enseñanza fue un proyecto pedagógico, inspirado en el krasusismo (doctrina idealista curiosa y controvertida), que duró sesenta años (1876-1936) y que desapareció con la Guerra Civil.

Siguiendo el proyecto de Giner de los Ríos y las ideas del pedagogo Célestin Freinet, el empresario y filántropo Antonio Fernández López (1903-1971) fundó en Lugo el Colegio Fingoy (*) en 1950, en pleno franquismo, lo cual me parece muy meritorio, y más tratándose de la Galicia marginada en la España de la posguerra. El Colegio Fingoy fue dirigido inicialmente por el filólogo y escritor Ricardo Carballo Calero, que habría de ser el primer catedrático de Lengua Gallega de la Universidad de Santiago de Compostela. Entre sus profesores se cuentan Ángel Johan, Xosé Luís Méndez Ferrín y Bernardino Graña. Desde 1971, año de la muerte de su creador, posiblemente haya ido por derroteros alejados de su idea fundacional.
60º aniversario Colegio Fingoi

A veces nos olvidamos de iniciativas educativas como las referidas que, con los defectos y críticas que se les quiera atribuir, tratan de alejarse de la mediocridad en busca de la excelencia. Cabe señalar esto en una época de teórica libertad que, paradójicamente, se traduce en imposiciones, en una Educación constreñida por normativas y planes que devienen en pobres resultados y excesivo fracaso escolar, como así lo recogen diferentes estudios comparativos con otros países desarrollados que establecen planes flexibles. Y es que con la atadura de los profesores y la desmotivación de los alumnos no se pueden alcanzar los objetivos deseables. Lástima que en nuestro democrático tiempo no se vean libres impulsos educativos. Al menos yo no los veo.

(*) El edificio del Colegio Fingoy es obra del arquitecto vigués Manuel Gómez Román (1875-1964), de quien se cumple este año el 50º aniversario de su muerte.

Institución Libre de Enseñanza

ANEXO. Artículo sobre la ILE AQUÍ

5 comentarios:

  1. Tienes mucha razón. Pero sí que existen múltiples experiencias de educación diferente, aunque en España son casi imposibles de implantar por la rigidez del sistema.
    Puedes encontrar mucha información aquí: www.laeducacionprohibida.com
    En fin, muchas gracias por tu blog

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    1. Puse el ejemplo de Fingoi, o Fingoy, por la proximidad. Y el problema es el que señalas, Mariola, la rigidez, el yugo estatal (anti)educativo.
      Gracias por tu aportación.

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    2. Muy interesante tu blog, Mariola. Intentaré seguirlo.

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  2. Tienes razón, mi querido José Manuel: pero te diré que también comparto la opinión de Mariola; claro que hay libres impulsos educativos, nuevos proyectos y experiencias innovadoras y estupendas porque ha habido y hay excelentes profesionales en la enseñanza; el problema es el corsé, cada vez más ceñido, que tenemos que soportar y la poca trascendencia y divulgación que se les da. Añadiría además que una enorme parte de la sociedad mira con demasiado recelo la innovación y el avance. He llegado a pensar que la mayoría prefiere aquella educación a la antigua...Sería tan de agradecer que dejasen la educación en manos de los educadores de una vez por todas ...
    ¡Moitos bicos!

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    1. Tú conoces mejor que yo el campo educativo, querida Lola, y veo que lamentas el encorsetamiento que impide los libres impulsos educativos. Por mi parte lamento igualmente el del campo sanitario; en el nivel primario que conozco ni se admiten sugerencias constructivas. Se confunde lo público con lo estatal, y no hay manera de mejorar. En fin...
      Libres bicos.

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