La apreciación de la música –especialmente de la clásica–, su comprensión o entendimiento, no surge de la mera actitud pasiva, sino de una disposición propicia que podríamos calificar de escucha activa. No suele bastar por tanto la buena disposición, la total receptividad o una gran sensibilidad. A entender el arte sonoro ayuda el conocimiento teórico, de la historia de la música e incluso de la personalidad de los creadores.
Es reconocido el hecho de que la formación o educación musical no ha de estar centrada exclusivamente en la creación musical y la interpretación, referidas respectivamente a compositores e intérpretes, puesto que creadores y emisores musicales no tendrían razón de ser sin los destinatarios de los sonidos, los receptores u oyentes. Afirmación que deja al margen la otra egocéntrica de compositores e intérpretes que dicen componer o interpretar para sí mismos. Compositor (creador), intérprete (emisor) y oyente (receptor) integran el proceso artístico musical.
En la percepción musical, afectividad e intelectualidad van de la mano. El oyente activo se deja llenar del flujo sonoro, pero al mismo tiempo analiza lo que recibe. Por descontado que la capacidad de escucha del oyente depende de su nivel de atención o concentración, pero no hay que eludir la formación como factor decisivo. De ahí la importancia de la apreciación musical como materia educativa.
La mayoría de aficionados que poseen un gran conocimiento de composiciones musicales no saben música; son oyentes aptos sin necesidad de interpretar una partitura. Pueden tener un gran oído musical, apreciar las grandes obras y carecer de elementos teóricos. No obstante, es deseable que los oyentes conozcan el lenguaje apropiado para expresar sus valoraciones. Despertar inquietudes en este sentido tiene el objetivo de lograr audiencias más cultas y satisfechas, porque es frustrante conocer y no poder transmitir lo que se sabe.
Por lo tanto, nunca está de más asimilar las nociones básicas que ayuden al entendimiento de las obras musicales. La enseñanza de conceptos elementales romperá barreras de cara a la plena apreciación musical. Y las audiencias preparadas ayudarán a sopesar en su justa medida el valor de las diferentes composiciones.
*ver también: Es reconocido el hecho de que la formación o educación musical no ha de estar centrada exclusivamente en la creación musical y la interpretación, referidas respectivamente a compositores e intérpretes, puesto que creadores y emisores musicales no tendrían razón de ser sin los destinatarios de los sonidos, los receptores u oyentes. Afirmación que deja al margen la otra egocéntrica de compositores e intérpretes que dicen componer o interpretar para sí mismos. Compositor (creador), intérprete (emisor) y oyente (receptor) integran el proceso artístico musical.
En la percepción musical, afectividad e intelectualidad van de la mano. El oyente activo se deja llenar del flujo sonoro, pero al mismo tiempo analiza lo que recibe. Por descontado que la capacidad de escucha del oyente depende de su nivel de atención o concentración, pero no hay que eludir la formación como factor decisivo. De ahí la importancia de la apreciación musical como materia educativa.
La mayoría de aficionados que poseen un gran conocimiento de composiciones musicales no saben música; son oyentes aptos sin necesidad de interpretar una partitura. Pueden tener un gran oído musical, apreciar las grandes obras y carecer de elementos teóricos. No obstante, es deseable que los oyentes conozcan el lenguaje apropiado para expresar sus valoraciones. Despertar inquietudes en este sentido tiene el objetivo de lograr audiencias más cultas y satisfechas, porque es frustrante conocer y no poder transmitir lo que se sabe.
Por lo tanto, nunca está de más asimilar las nociones básicas que ayuden al entendimiento de las obras musicales. La enseñanza de conceptos elementales romperá barreras de cara a la plena apreciación musical. Y las audiencias preparadas ayudarán a sopesar en su justa medida el valor de las diferentes composiciones.
***
Cuestiones a considerar en la apreciación musical:1. Según los medios sonoros: a) música instrumental (solista, de cámara, sinfónica), b) música vocal ("a capella": solista, coral), c) música vocal-instrumental [cantata, misa, oratorio, ópera].2. Según la función: a) música religiosa, b) música profana.
Formas musicales:1. Grandes formas: sinfonía, sonata, fuga, variaciones, obertura, concierto, sinfonía concertante, suite, poema sinfónico...2. Formas menores: marcha, mazurca, vals, fantasía, capricho, impromptu, balada, nocturno, berceuse, barcarola, rapsodia...
Formas musicales. Mapa conceptual, por Flora Terensi |
[Añadido post.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario