—Estoy abierto a todas las ideas inteligentes y constructivas de los profesionales de la salud, con el fin de mejorar sus condiciones laborales y su bienestar, prestando especial atención a su salud mental, en la que también influimos los gestores.
Pregunto por un barco lanzadera para transportar enfermos desde la costa norte de la ría de Vigo, muy poblada pero carente de hospital, a la ciudad de Vigo, al sur; un barco ambulancia que evite el más largo recorrido terrestre y temporal.
Y la respuesta inteligente es ésta:
Se necesita un barco lanzadera que funcione como una ambulancia acuática* para transportar enfermos a través de la ría. Este tipo de embarcación debe estar equipada para brindar atención médica de emergencia en el agua y trasladar a los pacientes a centros de atención médica en tierra. Además, supone disponer de inversión en equipamiento médico y de personal capacitado.
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*El barco ambulancia se considera parte de la sanidad marítima, un elemento necesario dentro del ámbito del transporte sanitario marítimo.
La música clásica, a veces llamada ‘seria’, no está reñida con el humor. Tenemos los ejemplos paradigmáticos de un cuarteto de Haydn subtitulado «La broma» y de un divertimento de Mozart conocido como «Una broma musical». También hay obras musicales, o partes de ellas, que llevan el título de «scherzo», que en italiano significa broma. Existen piezas jocosas, instrumentales o vocales, desde la música antigua; y pensando en canciones, me acuerdo primero de una de Rossini: el «Dúo humorístico de dos gatos». Algunas composiciones no sugieren su tono humorístico y lo tienen; entre ellas, una que Richard Strauss (quien también dejó una importante muestra en este apartado: el poema sinfónico Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel) dijo que le placía en especial un compositor alegre y una de sus piezas breves: ‘‘De todos los dispensadores de alegría dotados por Dios, Johann Strauss es para mí el más entrañable. Admito con gusto que a veces dirigí el Perpetuum Mobile con mucho más placer que muchas sinfonías de cuatro movimientos’’. Bien, pues, escuchemos este sonriente «movimiento perpetuo»...
Dice el director al final: Und so weiter (Y así sucesivamente)
Perteneciente a la musical Familia Strauss, es conocido como el «rey del vals». Johann Strauss padre, el iniciador de la saga, había desarrollado el vals en su forma actual que junto a su amigo Josef Lanner, y el hijo mayor lo llevó hasta su máxima perfección. Sus hermanos Joseph y Eduard también fueron compositores. Pero él se ha llevado la mayor gloria, con títulos tan sonados como los valses El Danubio azul (1867), Rosas del sur (1880), El vals del emperador (1889) o Voces de primavera (1883), y operetas tan populares como El murciélago (1874) y El barón gitano (1885). Fue Jacques Offenbach quien lo animó a que compusiese música teatral. Tuvo dificultades en su juventud, siendo apresado por las autoridades vienesas por tocar en público «La Marsellesa», que encendía sentimientos revolucionarios, pero luego fue ganando fama con sus composiciones y su propia orquesta, ganando gran popularidad, primero en Austria, Alemania y Polonia, y después en Gran Bretaña, Francia, Italia y Estados Unidos. Fue admirado por Wagner, Brahms y Richard Strauss, con quien, pese a su apellido, no tenía relación de parentesco. Su música es interpretada regularmente en el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena, tradición iniciada por el director de orquesta Clemens Krauss en 1939. Una música alegre y sonriente.
La medicina, en España, se ha convertido en una profesión de desgaste. La vocación, aunque poderosa, no es infinita y se agota cuando no hay reconocimiento y se rompe cuando no hay esperanza de mejora.
Javier Quintero
La profesión médica exige unas cualidades y una entrega personales difíciles de medir con números. Y del mismo modo que el necio confunde valor con precio, podríamos decir que el valor del médico se puede confundir con sus notas o calificaciones estudiantiles. De esto y de la medicina como carrera de obstáculos trata el artículo «Cuando la sanidad cada vez cuesta más, pero el médico vale menos», del psiquiatra Javier Quintero. Valgan algunos extractos significativos.
Ser médico se ha convertido en un acto casi heroico. No solo porque exige una entrega personal absoluta, sino porque el sistema parece diseñado para poner obstáculos en cada etapa del camino.
El acceso a la carrera de Medicina exige unas notas de corte absurdamente altas. Reducimos el acceso a una profesión profundamente humana, a una cuestión exclusivamente numérica.
Una vez dentro, el estudiante se enfrenta a una carrera universitaria de seis años, exigente, técnica y compleja, que le va a requerir largas horas de estudio.
La presión no cesa, y se instala el miedo al MIR, ese examen que determinará no solo el acceso a la especialidad, sino también dónde vivirá, qué hará durante los siguientes cinco años y, en buena medida, el futuro profesional.
La residencia es otra etapa de altísima exigencia, con la falsa promesa de un futuro mejor. El residente no es un estudiante, sino un médico en formación que asume responsabilidades, atiende pacientes... Sin embargo, sus condiciones salariales…
Tras los cinco años de residencia, el médico se convierte en “facultativo especialista”, accediendo con suerte a una plaza interina en el sistema público de salud.
El artículo habla también del borrador de un nuevo Estatuto Marco (general para todos los profesionales sanitarios, no específico para los médicos), que no resuelve los problemas estructurales y, para colmo, introduce nuevas limitaciones administrativas y agrava la rigidez del sistema. De modo que no sorprende la emigración de cada vez más médicos españoles a países donde son valorados. Y concluye que la medicina no puede seguir siendo una vocación castigada, porque algún día los enfermos se encontrarán solos, sin nadie que los cure.
En fin, un médico necesita muchos años de formación, entra tarde al mercado laboral, le cuesta adquirir una plaza estable en el sistema público de salud y su remuneración en España es ridícula para su categoría profesional y grado de responsabilidad, de modo que no extraña que muchos galenos se vayan al exterior.
Cuando Gregorio Marañón escribe Amor, conveniencia y eugenesia se refiere al matrimonio y la prole. Desmonta la creencia popular de que la felicidad conyugal descansa en la peana del amor (mejor digamos enamoramiento). Al contrario, entendemos que el «contigo pan y cebolla» le resulta una frase insensata del refranero español, pues conduce al «esquema ideal que ha servido de argumento a tantas historias, a tantos poemas…, y de prólogo a tantas tragedias». (...) Sin rodeos, escribe que «el instinto es fundamentalmente anti eugenésico», esto es, que del matrimonio por enamoramiento, del flechazo sin más, no nace muchas veces una descendencia física y psíquicamente sana. Además, la atracción originada en el instinto tampoco desemboca en la felicidad conyugal salvo excepciones. Acude a Schopenhauer, quien citaba en castellano: «El que casa por amores ha de vivir con dolores».
Añadimos un breve vídeo sobre la eugenesia (estudio y aplicación de las leyes biológicas de la herencia orientados al perfeccionamiento de la especie humana [RAE]), «desde su origen en el siglo XIX con la intención de mejorar la salud pública, hasta los debates éticos actuales con la edición genética».
Eugenesia: ¿Qué es y por qué es tan controvertida?
La televisión, término acuñado en 1900 por el físico ruso Constantin Perskyi, para referirse a la transmisión de imágenes a distancia por medio de la electricidad, ha dado mucho que hablar desde sus inicios y durante su evolución. Porque fue vista en principio como una competencia del cine y cuestionada después como medio de entretenimiento y de comunicación. Sin embargo, es también un medio de transmisión de películas cinematográficas y, bien utilizada, una herramienta educativa. Pero en ella ha tenido cabida todo: desde documentales formativos a telebasura idiotizante, pasando por películas para televisión (telefilmes), obras de teatro, acontecimientos deportivos, conciertos o concursos televisivos. De modo que no podemos decir que la televisión sea buena o mala, sino que su valoración dependerá del contenido de su programación. Así que lo que vemos en el receptor de televisión, en el televisor (antes cúbico –‘caja boba’*–, ahora plano), puede ser conveniente o inconveniente. Como posible causa de adicción, fatiga ocular o sedentarismo, ya es otro cantar.
La huelga es un derecho de los trabajadores, una medida de presión que puede ser útil para alcanzar determinados objetivos, pero que tiene sus limitaciones. Y hay una singular forma de protesta denominada huelga de celo, prohibida por ley. Centrándonos en el ámbito de la salud, nos preguntamos sobre este tipo de huelga y recurrimos a la IA para acceder a información precisa...
Una huelga de celo, también conocida como huelga blanca o trabajo a reglamento, es una forma de protesta laboral en la que los trabajadores siguen estrictamente las normas y reglamentos, sin realizar ninguna acción adicional o voluntaria. En el contexto de la sanidad, esto podría traducirse en un cumplimiento riguroso de los protocolos, lo que podría ralentizar o incluso afectar la atención al paciente, ya que se evitarían acciones como la atención fuera del horario establecido o la realización de tareas que no estén explícitamente indicadas en los protocolos.
...incluyendo el por qué de su prohibición, que pudiera parecer chocante.
La huelga de celo, en el ámbito sanitario como en otros sectores, se considera generalmente una huelga ilegal o ilícita en España, según el Real Decreto-ley 17/1977.La huelga de celo está prohibida en España porque se considera una forma de acción laboral abusiva, que busca perjudicar a la empresa mediante la ralentización intencionada de la producción, lo que afecta negativamente la productividad y la prestación de servicios. Se considera una forma de ‘‘huelga encubierta’’.
En definitiva, se prohibe trabajar a conciencia, empleando el tiempo necesario con cada paciente, basándose en protocolos establecidos. No deja de ser chocante.
“Un documental que alerta sobre cómo la organización del sistema sanitario impacta en la salud de quienes están al frente” [Verkami]
Dra. María Montoya: “Lo que impulsó la creación del documental fue la necesidad de visibilizar la situación que está viviendo ahora mismo el gremio médico y que le está llevando a una grave crisis” [Médicos y Pacientes]
“El objetivo principal es visibilizar este problema y que las personas que ejercen la Medicina y que están pasando por situaciones similares a las que se cuentan en el documental dejen de vivirlas en soledad”