viernes, 25 de julio de 2025

Madre Tierra



MADRE TIERRA

El término natura inspira lo que empieza,
lo mismo que decir madre naturaleza.
Engendra seres vivos y elementos inertes
o inanimados que no terminan en muertes;
animales y plantas y otros reinos produce,
minerales y físicos fenómenos induce.
(De animales de fábula o escritos literarios,
podemos mencionar algunos de ellos, varios:
zorro, león, hormiga, lobo, cuervo, serpiente…,
permanecen, seguro, vivos en nuestra mente.)
Con ella el ser humano es amable o es rudo,
cuidadoso unas veces, destructor a menudo;
su mirada infantil es cruel o compasiva,
martiriza a los bichos – deja que todo viva.

Yo, en natural prodigio sentido con cariño,
viajo a los años cándidos en la mente de un niño...
Observo boquiabierto que en la sabana inmensa
deambulan y apacientan sobre la yerba densa
manadas de ñus, cebras, jirafas e impalas
bajo implacable sol; arriba extienden alas
buitres carroñeros, confiando en la suerte,
esperando una presa que esté herida de muerte;
siluetas trotadoras, veredas polvorientas,
en un hermoso marco que cierra luchas cruentas;
acacias y baobabs, gigantes de madera
ascienden dominantes sobre la gran pradera;
dormitan los leones, saciado su apetito,
crepúsculo de África es diverso en su grito.

Y en familiar espacio –propia naturaleza–
voy buscando colores con ansia y con destreza;
cerquita de mi casa, pegada a otros hogares,
hallo grillos, lagartos, ranas…; y los azares
me deparan sorpresas: culebras y tritones,
salamandras y mantis, insectos a montones
(entre ellos voladoras libélulas, hermosas,
casi tan delicadas como las mariposas).
Me admiro, ¡oh, Artemisa!, de la diversidad
y brillan mis pupilas con gran curiosidad;
ahí la vida palpita, no distante, a mi lado,
en campos que son selvas, en charcas sin vedado;
no habitan elefantes, no nadan cocodrilos,
pero en mi mar hay peces, delfines y nautilos. 
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Cantando a la mañana, atrás antiguos gallos;
ovejas, cabras, vacas, burros, cerdos, caballos
domésticos… me hablan. Naturaleza mansa
con infantil asombro miro: ella no me cansa;
tampoco la salvaje asusta los sentidos,
y el perro que me ladra aviva mis oídos.
Los ojos inocentes la aprecian en conjunto;
moviéndose amorosos, mar, tierra y cielo junto…
Ya adulto el que fue niño, contempla de igual forma
a esa madre hermosísima. Y la cuida por norma.

[2022, 11 nov.]

Earth

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