Tengo la impresión, quizás equivocada, de que no hemos salido nunca de la transición dictadura-democracia, por complejos y complejidades. El movimiento ciudadano Democraciarealya, suponiendo que es libre y honesto, llega como agua de mayo; una propuesta magnífica y necesaria en un país adormecido, pese a los continuos varapalos recibidos. Los privilegios de banqueros y políticos, la anulación sindical, la injusta justicia, la penalización del trabajo legítimo, la falta de oportunidades, la negación de la libertad voceando la igualdad (¡ay, Cambalache!), la corrupción creciente y el continuo pelotazo, en fin, todos los humanos vicios socio-político-económicos que se pueden referir, hacen clamar por una reforma absoluta e inmediata de un sistema turbio y desalentador. Así que, ¡Democracia real ya!
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ResponderEliminarPerdona José Manuel; repito el comentario para subsanar el imperdonable error ortográfico.
ResponderEliminarQuerido José Manuel: me encanta ver cómo los jóvenes, que hasta ahora parecían mudos, hablan por fín y arrastran con ellos a los que están más cansados y viejos ¡esto es precioso!
¡Un millón de optimistas bicos!
¿Imperdonable error ortográfico? Una minúscula, una minucia. Nada es un error de forma, querida Lola, comparado con el gran error de fondo que en las plazas de la Hispania se está denunciando.
ResponderEliminar¡Otros tantos optimistas bicos!