lunes, 13 de agosto de 2012

La razón y la mirada

[los+ojos+de+la+locura.jpg]
Fuente

Sobre la importancia de mirar a los ojos, ha escrito en su blog “Desde el manicomio” mi amigo y sabio psiquiatra Lizardo Cruzado, permanente fuente de inspiración y a quien echábamos mucho de menos por su largo silencio bloguero.

Apunta el Dr. Cruzado una reflexión de Thomas Szasz: “La tragedia de la medicina moderna "científica" es que los médicos han ganado en competencia tanto como han perdido en compasión. Antes los médicos podían curar poco y por tanto debían consolar más... Hoy pueden curar algo más y por ende confortan menos”. Una rotunda obviedad que nos distancia de la medicina clásica en su mejor sentido. Nos distancia en la forma y en el fondo, en la aplicación práctica del conocimiento médico y en la misma esencia hipocrática.

No hemos de olvidar que el arte de la medicina prioriza el diálogo y la observación sobre la técnica (exploraciones complementarias), en el contexto de la anamnesis y la exploración física, enmarcados en la historia clínica, y todo ello con el rigor de la ciencia. Sin embargo, la deseable entrevista clínica pausada y la observación detenida del paciente se van al traste por condicionantes adversos o inadecuados comportamientos profesionales. La desinformación, los prejuicios, las prisas… son rémoras para una correcta aproximación al paciente.

Los ojos reciben y dan información. Entonces, el mirar a los ojos debe formar parte del método de diagnóstico para, en definitiva, poder aplicar un adecuado tratamiento, curativo o al menos lenitivo: aliviar y consolar son los fines ineludibles. Y en el campo de la psiquiatría la observación de la mirada es especialmente decisiva para el diagnóstico. 

Lo que es una obviedad es muy susceptible de obviarse. Lo dice con sapiencia el Dr. Cruzado. Así que conviene recordarlo. ¡Miremos a los ojos!

Fuente
***
Me permito anexar un intento poético sobre la razón y la mirada


MÁS ALLÁ DE LA RAZÓN

En el inabarcable iris, todo un mundo.
Enrevesadas y hondas las pupilas,
que afuera no veían.

En gran concavidad –que me sorbía–,
pretendía robar sus pensamientos.
¡Profanación indigna entrando en alma ajena!

¿Algo allende la razonable barrera?

Tras del ceñudo rostro (¡prietos labios!),
el amor contenido sucumbiendo.
En lóbrega caverna, luz tenue se apagaba.

Decía sin hablar... “Creo que fui feliz entonces,
mientras mi voluntad obedecía.
Ahora atónito muñeco en la corriente”.

¿Algo allende la razonable barrera?

Callaba por temor... “Rompí la norma,
y ya no soy como vosotros”.
(Recelaba sufrir algún castigo.)

Comprobé la cordura... Estaba.
Aflojé riendas para traspasar la razón
e ir a los confines… Mas sigo sin saber.

¿Algo allende la razonable barrera?

[1996]

...y como libre complemento melódico, una mirada llena de fascinación.

Can't Take My Eyes Off You (No puedo apartar mis ojos de ti)

6 comentarios:

  1. Amigo Jose Manuel , como siempre llegando al corazón de la realidad.
    Coincido en que la desvalorización del contacto visual en la Medicina es una verdadera catastrofe.
    Por mucho que se disfrace de tecnologia y bla bla bla.., tambien creo que siempre será un retroceso social, cientifico y humano.

    Afortunadamente hay una gran parte del mundo donde no ha llegado la enfermedad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sorprende el hecho de que cuánto más avance tecnológico más pobreza comunicativa. Mucho se confía en la máquina, poco es el margen para la relación humana. Y por desgracia, amigo Juan, en nuestro medio se nos condiciona como profesionales a un trato apresurado: a ver a muchos usuarios, sin límite, y sin tiempo para mirar a los ojos. Esto es especialmente frustrante para quien ama la Medicina y aborrece su ejercicio deshumanizado por una aberrante sobrecarga asistencial y un dirigismo insufrible. Esperemos superar este crónico mal.
      Gracias por tu estimulante comentario.

      Eliminar
  2. Buenos días José Manuel:

    En este mismo blog leí un día una cita de Marañón que decía: “El mejor instrumento de exploración con el que cuenta el médico es la silla.”
    El que un médico te mire, no tenga prisas, te escuche... es fundamental. Aunque me imagino que le será difícil cumplir con estas premisas teniendo en cuenta la masificación que tienen las consultas de la Seguridad Social hoy en día.

    Salud(os).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, amigo Antonio, el mejor instrumento de exploración es la escucha atenta y la observación del paciente. A ello se oponen la escasez de tiempo, generalmente "robado" por la burocracia inútil, y elementos perturbadores de la entrevista clínica (ruidos, injerencias...), lo que obliga a un esfuerzo extra para evitar caer en el automatismo.
      Un saludo cordial.

      Eliminar
  3. A propósito de la escucha y el diálogo por parte del médico, me permito poner aquí la visión del Dr. Mallo, un video magnífico a mi juicio. Felicidades por el post y un saludo.
    http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=62624&uid=439567

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada Ana, gracias por tu interesante aportación. Sin duda, por encima de lo tecnológico ha de prevalecer la esencia de la Medicina, el interrogatorio y la exploración directa y humana. La sofisticación técnica va detrás; no hemos de olvidarlo: "para novedad los clásicos".
      Un saludo cordial.

      Eliminar