No sé por qué, o acaso porque todo sigue igual -por no decir que va a peor-, he vuelto la mirada hacia la Nueva oración de Maimónides intentando recrearla en verso. No sé si es solo un juego de palabras, tal vez sea una forma de acallar mi inquietud, pero necesito echarla al espacio para esparcir retazos de lo que se agita por dentro. Vaya pues sin más preámbulo mi sanitaria plegaria...
El autor del blog junto al Monumento a Maimónides en Córdoba |
A Juan F. Jiménez Borreguero
Con tantas dificultades sanitarias in crescendo,
procurando combatir el dolor y el sufrimiento,
deseando mejorar sin reducir el esfuerzo,
creo preciso pedir, claramente y sin rodeos:
Que con generoso espíritu tenga el temple necesario
y atienda a todo paciente sin distinción de su grado.
Que la salud no me falte en el oficio hipocrático
y sepa comunicar sin el juicio mermado.
Que tenga la mente lúcida para ejercer con agrado
y no me perturbe nunca ninguna clase de obstáculo.
Que escuche con atención a individuos aquejados
y reconozca un error como haría el mayor sabio.
Que los dolientes me vean como un ser humanitario
y admita con humildad algo que estoy ignorando.
Que pueda actuar sin prisas -con el juicio centrado-
y resolver los problemas sin que me sienta agobiado.
Que no se me penalice por prescribir bien un fármaco
y se imponga la cordura en el medio sanitario.
Que impere la confianza con pacientes y usuarios
y sea esencial principio el procurar no hacer daño.
Que reciba adiestramiento de expertos y veteranos
y trate de mejorar, día a día y año a año.
Que siempre me encuentre libre de críticas o rechazos
y sea humilde y honesto y humoroso y humano.
Que consiga la concordia con los demás sanitarios
y me motive el paciente: al cabo el beneficiario.
Que con buena ciencia médica vaya curando o aliviando
y me sirva el arte médico para acertar consolando.
Y que se aprecie mi mérito -sin el talante endiosado-
para lograr, sin fatiga, preservar el entusiasmo.
procurando combatir el dolor y el sufrimiento,
deseando mejorar sin reducir el esfuerzo,
creo preciso pedir, claramente y sin rodeos:
Que con generoso espíritu tenga el temple necesario
y atienda a todo paciente sin distinción de su grado.
Que la salud no me falte en el oficio hipocrático
y sepa comunicar sin el juicio mermado.
Que tenga la mente lúcida para ejercer con agrado
y no me perturbe nunca ninguna clase de obstáculo.
Que escuche con atención a individuos aquejados
y reconozca un error como haría el mayor sabio.
Que los dolientes me vean como un ser humanitario
y admita con humildad algo que estoy ignorando.
Que pueda actuar sin prisas -con el juicio centrado-
y resolver los problemas sin que me sienta agobiado.
Que no se me penalice por prescribir bien un fármaco
y se imponga la cordura en el medio sanitario.
Que impere la confianza con pacientes y usuarios
y sea esencial principio el procurar no hacer daño.
Que reciba adiestramiento de expertos y veteranos
y trate de mejorar, día a día y año a año.
Que siempre me encuentre libre de críticas o rechazos
y sea humilde y honesto y humoroso y humano.
Que consiga la concordia con los demás sanitarios
y me motive el paciente: al cabo el beneficiario.
Que con buena ciencia médica vaya curando o aliviando
y me sirva el arte médico para acertar consolando.
Y que se aprecie mi mérito -sin el talante endiosado-
para lograr, sin fatiga, preservar el entusiasmo.
The Impossible Dream
(Man of La Mancha)
[Interpretación de Richard Kiley]
Genial como siempre, querido amigo José Manuel, como toda oración no cabe duda que debe tener de una u otra manera, su fruto
ResponderEliminarMuy agradecido por tu valoración, amigo Juan. Ahora solo falta que se escuche nuestro rezo.
EliminarTenía intención de dedicarte un poema, querido Juan, y creo que ninguno más apropiado que éste. Así que ahí añado mi dedicatoria.
EliminarAmén, querido José Manuel.
ResponderEliminarBicos
PD: guapos, muy guapos los dos
Doblemente gracias, querida Lola. Y besos
EliminarSu sanitaria plegaria echada a los cuatro vientos, llegó a mi por casualidad a través de mi amor por la música. La recogí y la guardo en ese espacio indescriptible y misterioso que provocan los amigos invisibles.
ResponderEliminarGracias por tu aceptación, Tati. Un saludo
EliminarExcelente post, bonitos versos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Sebastián.
Eliminar
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir esta valiosa semilla que con toda seguridad ha de darnos generosos frutos.