viernes, 8 de marzo de 2024

Luis Alberto de Cuenca, poeta claro

Luis Alberto de Cuenca

Empecé a escribir versos cuando tenía doce años, imitando a Juan Ramón Jiménez, en un cuaderno de tapas rojas que me regaló mi madre y que todavía conservo. Nunca me he considerado un profesional de la poesía, sino un enamorado de la misma. Gané un premio a los diecinueve años que me abrió las puertas de la publicación de mis versos, y desde entonces no he parado de publicarlos. Escribo porque no tengo más remedio: es una pulsión obligatoria, fruto de la mirada poética que, de manera innata, ejerzo sobre el mundo.

Luis Alberto de Cuenca. Tres poemas magrebíes

Luis Alberto de Cuenca (1950), hombre de letras y poeta. En su poesía se funden el estudioso y el creador, sin que ninguna de las dos facetas corrompa a la otra. Conocedor de los clásicos, considera las Coplas a la muerte de su padrede Jorge Manrique, como el mejor poema de la lengua española, pero en sus propias creaciones elude la profundidad existencial. A través de sus poemarios, nos ha ido entregando lo que se ha llamado en la poesía española contemporánea una «poética transculturalista»: una lírica irónica y elegante, escéptica o desenfadada, en la que lo transcendental convive con lo cotidiano y lo libresco se engarza con lo popular. Se habla de «poesía pop»*. Emplea la métrica libre y la tradicional. Quizá su poema más conocido sea «El desayuno». 

Su poesía evoluciona del culturalismo y el hermetismo de sus dos primeros libros (Los retratos, 1971; Elsinore, 1972) a la aparente claridad de sus poemas a partir de La caja de plata (1985). 

Como crítico poético ha editado Las cien mejores poesías de la lengua castellana (1998) [segunda edición en 2020], a imitación de la antología lírica que en 1908 realizó don Marcelino Menéndez Pelayo, pero con mirada moderna.
____
*Y es letrista de canciones pop desenfadadas. Su doble mirada, clásica y actual, se nos antoja una equilibrada actitud dual, seria e informal.
____
Sobre el poeta y su poesía
Desolado y frívolo, obsesivo y abierto a cualquier incitación temática, minuciosamente virtuoso y descuidado improvisador, sin la menor concesión a la autocrítica, Luis Alberto de Cuenca es uno de los poetas más divertidos y memorables del último medio siglo.
La obra poética de Luis Alberto de Cuenca me remite desde siempre al amor, puesto que el amor o mejor dicho, el desamor es lo que ha ido sembrando a lo largo del tiempo en prácticamente todos sus libros.
Fuente

La poesía es una manera de hacerse preguntas necesarias que no tienen respuesta. L. A. C.

SELECCIÓN DE POEMAS
Poemas Luis Alberto de Cuenca –Proyecto Patrimonio

—Poemas escogidos
El desayuno –peculiar gastronomía, poesía coloquial [Análisis AQUÍ]
Estoy aquí –amor
Línea clara* –poesía
Nocturno –noche, amor, erotismo
Paseo vespertino –cabalgada, amor

*Manifiesto sobre la poesía clara y exitosa, en clave de humor.
Dicen que hablamos claro, y que la poesía 
no es comunicación, sino conocimiento, (...)
Dicen que hablamos claro, y que nos repetimos
de lo claro que hablamos, y que la gente entiende
nuestros versos, incluso la gente que gobierna, (...)
Dicen, y menudean sus fieras embestidas.
Defiéndenos, Tintín, que nos atacan.
Línea clara

Me gustas cuando dices tonterías (...)
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
El desayuno

Estoy aquí, mi amor, estoy aquí,
velando tus naufragios en las noches
en que nadie responde, en las heladas
madrugadas vacías, en las tardes
de desesperación y de locura.
Pon en duda, si quieres, que la Tierra
gire en el desdoblado precipicio
del espacio infinito alrededor
del Sol, o que los astros sean fuego,
o que el amargo río de la vida
desemboque en la muerte. Pero nunca
dudes de que, en la fiebre del fracaso
o en la sed de la angustia, en el abismo
de la ansiedad y del desasosiego,
estoy aquí, amor mío, estoy aquí.
Aunque tu no me veas ni me oigas.

Apagaste las luces y encendiste la noche.
Cerraste las ventanas y abriste tu vestido. 
Olía a flor mojada. Desde un país sin límites
me miraban tus ojos en la sombra infinita.
Nocturno

Los poemas favoritos de Luis Alberto de Cuenca
3 poemas:
La maltratada
El desayuno
En el supermercado

No hay comentarios:

Publicar un comentario