Hay voces críticas que se levantan contra la musicoterapia, aduciendo que no tiene una sólida base científica y que se trata de una terapia mágica o alternativa. Quienes la rechazan habrán de enfrentarse a todos los teóricos y practicantes de este arte-técnica. Con sus razones, habrán de convencerlos de que pertenece al grupo de las “medicinas alternativas” o prácticas médicas no validadas, sin eficacia demostrada, y de que el apoyo en el mito cultural del “poder mágico de la música” de sociedades primitivas no justifica su utilización; o de que los estudios serios que objetivan una discreta mejoría en algún aspecto clínico no son suficientes para justificar el uso de esta terapia en ninguna patología.
Yo siempre he pretendido relativizar las cosas y huir de las verdades absolutas. Así que desde el momento en que una nana sirve para relajar a un niño y proporcionarle bienestar, dejo al menos entreabierta la puerta a las posibilidades de la terapia sonora, sin banalizaciones. Sino para curar, al menos para mitigar y consolar, que también es cometido de la medicina.
Es criticable el intento de situar a la musicoterapia en el campo de la paramedicina, pues debiera encuadrarse en el de las psicoterapias (como “terapia expresiva”). Y si bien los cursos que se ofertan van dirigidos a titulados universitarios no específicamente médicos, por sus posibilidades despierta el interés de estos profesionales. El célebre neurólogo Oliver Sacks es un defensor de la musicoterapia; en su libro Musicofilia. Relatos de la Música y el Cerebro (1) incluye tres capítulos relativos a la terapia musical: "Habla y canto: afasia y terapia musical", "Melodía cinética: enfermedad de Parkinson y terapia musical" y "Música e identidad: demencia y terapia musical”.
En el terreno de la bibliografía, y ciñéndonos a publicaciones recientes, podemos citar tres revisiones Cochrane de 2008 sobre la musicoterapia en desequilibrios psíquicos y neurológicos: Musicoterapia para la esquizofrenia y enfermedades relacionadas (2), Musicoterapia para la depresión (3) y Musicoterapia para personas con demencia (4). El primer estudio concluye que hay evidencia de que la Musicoterapia puede ser útil en el tratamiento de la esquizofrenia. En los otros dos no se alcanzan conclusiones definitivas, debido a la deficiente calidad metodológica de las investigaciones realizadas hasta la fecha en los campos de la depresión y de la demencia; por ello los autores ni apoyan ni desaconsejan el empleo de la terapia musical en dichas patologías. Y del año 2009, una revisión Cochrane (base de datos de revisiones de metodología sanitaria) que apunta a posibles beneficios en enfermos con enfermedad coronaria: Music for stress and anxiety reduction in coronary heart disease patients (5).
______________Notas
(1) Sacks O. Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro. Ed. Anagrama. Barcelona; 2009. (Ver aquí)
(2) Gold C, Heldal TO, Dahle T, Wigram T. Musicoterapia para la esquizofrenia y enfermedades relacionadas. La Biblioteca Cochrane Plus, 2008, Número 2. (Resumen disponible en: http://www2.cochrane.org/reviews/es/ab004025.html
(3) Maratos AS, Gold C, Wang X, Crawford MJ. Musicoterapia para la depresión. La Biblioteca Cochrane Plus, 2008, Número 2. (Resumen disponible en: http://www2.cochrane.org/reviews/es/ab004517.html)
(4) Vink AC, Birks JS, Bruinsma MS, Scholten RJS. Musicoterapia para personas con demencia. La Biblioteca Cochrane Plus, 2008, Número 2. (Resumen disponible en: http://www2.cochrane.org/reviews/es/ab003477.html
(5) Bradt J, Dileo C. Music for stress and anxiety reduction in coronary heart disease patients. Cochrane Database of Systematic Reviews 2009, Issue 2. (Disponible en: http://www.cfah.org/hbns/archives/viewSupportDoc.cfm?supportingDocID=756)
¿Qué es la musicoterapia?
Qué interesante José Manuel; yo no tengo ni idea de este tema pero estoy convencida de que algo tan hermoso no puede hacer daño. (Aquí un comentario de ignorante total, je, je)
ResponderEliminarBicos.
Estoy seguro, querida Lola, que sabes de musicoterapia tanto o más que yo, que sólo tengo conocimientos genéricos. Y desde luego, al igual que otras terapias expresivas (danzoterapia, dramaterapia, arteterapia, escrituraterapia), ha de reportar beneficios si se aplica adecuadamente.
ResponderEliminarBicos musicoterápicos.
Lo que parece, amigo José Manuel, es que hay un temor extremado ante la posibilidad de hacer una 'nueva terapia' que pudiese ser pasto de inescrupulosos -digo, la terapia por cristales o cosas así-. Y allí hay mucha tela por cortar...
ResponderEliminarPero que la música por sí misma es un bálsamo maravilloso, ¡qué duda cabe!
Un abrazo, amigo mío.
Sí, querido Lizardo, siempre subyace el temor a la “intrusoterapia”. Pero que haya gente sin escrúpulos –que siempre la habrá– no ha de ser óbice para perseverar en la buena práctica, en esto como en todo.
ResponderEliminarSigamos entonces con el melódico bálsamo.
Un fuerte abrazo.