Desnudar un santo para vestir otro. Refrán
Mi comentario
Lo que más me desconcierta en mi medio es la urgencia psiquiátrica a domicilio. Cuando a través de vía telefónica se demanda ayuda al servicio de urgencias/emergencias por un paciente psiquiátrico agitado, dicho servicio moviliza al personal de atención primaria que en ese momento está realizando una atención ordinaria en los centros de salud. No se movilizan recursos psiquiátricos específicos, experimentados en el manejo de individuos agresivos, porque sencillamente no existen. Desconozco cuál es el manejo de las urgencias psiquiátricas extrahospitalarias en otros países.
Contaré una anécdota reciente de una urgencia menor que merece análisis. Un médico de cabecera fue movilizado a un juzgado por la crisis de ansiedad de una mujer que iba a prestar declaración. Algo frecuente y comprensible. El desconcertado galeno hubo de dejar abandonados a los pacientes que tenía en la sala de espera para acudir a un centro judicial, muy distante, bajo cuyo techo había médicos forenses de servicio. ¡Increíble pero cierto!
[Otra anécdota lejana enmarcada en la ética médica. Llamado por un intento de suicidio, acudí una tarde a un domicilio. Se trataba de una mujer de mediana edad, paciente de otro compañero y tratada por un psiquiatra del que era cliente habitual. Así me lo hicieron saber los familiares, mostrándome la ristra de psicofármacos que le había prescrito. Les pregunté si habían contactado con este especialista, que tenía su consulta privada muy cerca. Y la respuesta me dejó helado: “Lo llamamos, si, y nos dijo que no le compensaba venir al domicilio”.]
Por otra parte, la vía de urgencia en general es el camino más recto (corto) para solucionar un problema, evitar una espera o lograr una ventaja. Los usuarios lo saben y se aprovechan, si bien es verdad que muchas veces son inducidos a buscar este “atajo” por diversos motivos. En fin…
Respuesta del Dr. Lizardo Cruzado
Desopilante lo que cuentas, amigo José Manuel: dejar a los pacientes en el servicio para ir a atender semejante pedido denuncia una irracional distribución de recursos y una displicencia por parte de quienes pudiendo subsanar la situación, no lo hacen.
Menudas 'habas' estas que nos traes, amigo mío, como muestra. Ya te contaré otras de por acá -en donde no disponemos de atención psiquiátrica a domicilio todavía-.
Conclusión
Efectivamente, el problema de las urgencias psiquiátricas, y de la atención sanitaria urgente en general en el medio extrahospitalario –que ya traté en su momento–, es consecuencia de una grave deficiencia organizativa que acarrea una continua improvisación. Una muestra más de la desidia de los (ir)responsables dirigentes sanitarios, a quienes se les insta para que, de una vez por todas, procuren una regulación sensata de las urgencias extrahospitalarias.
Ejemplo de organización de atención a la salud mental (Andalucía)
Fuente |
[Imagen añadida post.]
Este tema de las emergencias, no sólo las psiquiátricas, es un tema amplio donde converge la necesidad de atención, la cómoda postergación que se convierte en 'urgencia', y la inmensa responsabilidad de las autoridades en hacer -y negligir, las más de las veces-, contimás que de este mismo modo se suscitan las más increíbles anécdotas -y no queda sino consolarse con ellas, si tal cabe-.
ResponderEliminarMi caro amigo, si hubiese adivinado que ibas a citarme habría intentado al menos pulir mi desangelado y escueto comentario previo.
Agradezco como siempre la gentileza de tu amistad, José Manuel. Recibe un cordial abrazo.
Querido Lizardo, tu asertivo comentario es lo suficientemente diáfano en su brevedad, y ya sabemos que lo bueno si breve... Además, el enlace a tu bitácora revelará a quienes no la conozcan la calidad humana y la elocuencia de su autor.
ResponderEliminarComo siempre, agradecido por contar con tus valiosísimas aportaciones.
Mi depresión es vieja.
ResponderEliminarNadie puede hacer nada
Sertralina 100 dos por día.
Y cosquillas.