I. Allegro ma non troppo
Se presenta por primera vez a su nuevo médico de cabecera un hombre retornado de Francia –jubilado que viene para quedarse–, con hoja de medicación gala. El galeno se asombra de la “receta multiprescripción” (¡quién la pillara!), con 8 nombres comerciales (ningún genérico), todos fármacos independientes, como monoterapia. Prescritos por un cardiólogo, siete fármacos cardiovasculares como tratamiento de la cardiopatía isquémica que sufre, y un octavo supuestamente indicado como “protector gástrico”. He aquí los principios activos: Fluindiona (anticoagulante anti vitamina K), Clopidogrel (antiagregante plaquetario), Perindoprilo (antihipertensivo inhibidor de la ECA), Atorvastatina (hipolipemiante), Furosemida (diurético de asa), Espironolactona (diurético antagonista de la aldosterona), Bisoprolol (betabloqueante) y Pantoprazol (antiulceroso IPB). Oh la la!
II. Allegro con grazia
Problemas en Hispania, o reír por no llorar: 1) Clopidogrel necesita visado de inspección de farmacia, y para ello el correspondiente informe médico; 2) dos presentaciones no existen aquí: Perindoprilo 10MG y Bisoprolol 3,75MG. Son las diferencias farmacológicas en la CE. Y para liarla, los informes que trae el paciente están en francés. C'est magnifique!
III. Scherzo
Por la cuestión del visado y para valoración posológica, amén de apertura de historia clínica del paciente, el médico de familia lo deriva al cardiólogo con prioridad (“preferente”). Pero lo citan con demora de varios meses (lo habitual) y el galeno de primaria decide marcar “urgente” en la hoja de interconsulta, simplemente para acortar el plazo. Y, ¡ele!, desde el área de citaciones le indican que pase por las Urgencias del hospital. C'est merveilleux!
IV. Adagio lamentoso
En la puerta hospitalaria recogen en la hoja de urgencias lo escrito por el médico de familia en la de interconsulta (repetición de la jugada), se ponen telefónicamente en contacto con un cardiólogo y, no viendo éste motivo urgente, lo devuelve a la atención primaria. C'est génial! De regreso, el paciente, que ha comenzado a sufrir un particular peregrinaje burocrático, mira con cara de resignación a su nuevo médico de cabecera. Y éste, que muestra una faz extrema de alelado, alcanza un estado de desesperación extrema. Finalmente, se le va enturbiando el pensamiento... Porqué seremos diferentes…???...L'Afrique commence aux Pyrénées...???...L'Afrique commence aux...???... L'Afrique commence…???...(decrescendo)
Adagio lamentoso (IV movimiento) de la Sinfonía nº 6 “Patética" de Tchaikovsky
Orquesta del Teatro alla Scala de Milán, dir. Yuri Temirkanov
¡Vaya sinfonía "patética" que acabas de interpretar, amigo José Manuel! Menos mal que siempre nos quedará Tchaikovsky para aliviar las penas...
ResponderEliminarY ahora te pido perdón, a ti y a los muchos amigos que leen este estupendo blog, porque después de tan magnífica entrada, por lo del país teutón, voy a referir un caso que tuve yo, cuando era médico de Atención Primaria. Un día se presentó en la consulta un individuo, español, que no era de mi cupo, y que decía trabajar en Alemania, encontrándose aquí de vacaciones. Me pedía que le prescribiera un seminograma, pero exigía (no quiero ser grosero) que una enfermera tomara personalmente la muestra, afirmando que en Alemania se hacía así... Como comprenderás, eché de la consulta al pervertido... Nunca más volví a saber de él.
El recuerdo me ha venido ahora a la memoria. Disculpa.
Mejor es acabar reiterando mi enhorabuena por esta entrada, de genial planteamiento médico-musical, y enviándote mi más afectuoso abrazo.
Me encantan tu ironía y tu mordacidad: bien lo dices: reir por no llorar. La elección musical es inmejorable, como el juego de relaciones que estableces y como la fotografía... je, je.
ResponderEliminarBicos
PD: no me extraña que Lunny se enamorara del bouzouky; suena precioso. Un descubrimiento, gracias.
Pues te diré, amigo Francisco, que mientras elaboraba esta entrada, que en principio iba a ser médica sin más, se me ocurrió el planteamiento médico-musical. Es una forma de tratar al mismo tiempo las dos materias principales de este blog y ser fiel a su espíritu médico-melódico. De modo que en el futuro trataré de emplear más a menudo esta “técnica” bloguera de compaginar los dos campos, que me parece de lo más estimulante.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
A mí me encanta, querida Lola, que hayas sabido captar mis intenciones al editar este “patético” post, cuyo contenido médico discurre sinfónicamente hasta su lamento final. Elegir esta interpretación de la sinfonía tchaikovskiana porque me sorprendió la dirección precisa y comedida de Yuri Temirkanov, a quien vi dirigir hace años (a la Filarmónica de San Petersburgo en A Coruña), en actitud muy distinta, extremadamente arrebatada.
ResponderEliminarMelódicos bicos.