Atendiendo a lo dicho en la presentación de los tics del pensamiento fugitivo, os presento aquí la octava docena.
- Democracia ficticia: todo derechos para una minoría de privilegiados, todo deberes para los subyugados.
- Tras la admirable defensa del interés general se oculta a menudo la actitud egoísta de preservar lo de unos pocos en nombre de la generalidad.
- Negociar con contundencia no implica, de ningún modo, olvidarse de la cordialidad y las buenas maneras.
- Dijo el sabio: obro espontáneo, ando ligero, pienso en la calma... ¡vivo en aceptable armonía!
- ¿Por qué ponerse nervioso, si mañana vas al foso?
- Si se valora más a un individuo por sus títulos que por su capacidad, no debe extrañar que la teoría no se concierte con la práctica.
- Tomemos nota de lo que otro dijo: tantas vueltas les di a las teorías sobre el arte de escribir que en mucho tiempo ni una sola línea escribí.
- La sincera espontaneidad, en su sencillez, es mil veces mejor que el rígido acartonamiento de la compleja meditación.
- La poesía es el cauce de la lengua reservada, de la inmensa voz callada.
- Si la ansiedad ciega el pensamiento y el sosiego lo abre, es inequívoca la opción pensante.
- Cuando una preocupación me obceca, vuelvo a ser niño para recuperar la elevada transparencia.
- Con alegría se goza doblemente.
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