A modo de prólogo: con Marañón en la mente
En un comentario a una entrada del blog sobre Humanidades Médicas y Música “Medicina y Melodía”, que un impulso médico-melódico me llevó a iniciar en enero de 2009, un amigo y admirado colega coincidía conmigo en señalar la escasa importancia que tienen las Humanidades en el plan formativo de los estudiantes de Medicina. Su ausencia es notoria. Y es curioso que se nos pida una atención integral, biopsicosocial, sin que se nos haya formado para la misma. Por eso, parece conveniente una enseñanza de la Medicina que englobe lo científico y lo humano, en la línea marañoniana que siempre me ha cautivado, tanto en favor de los pacientes como de la propia realización profesional.
En un comentario a una entrada del blog sobre Humanidades Médicas y Música “Medicina y Melodía”, que un impulso médico-melódico me llevó a iniciar en enero de 2009, un amigo y admirado colega coincidía conmigo en señalar la escasa importancia que tienen las Humanidades en el plan formativo de los estudiantes de Medicina. Su ausencia es notoria. Y es curioso que se nos pida una atención integral, biopsicosocial, sin que se nos haya formado para la misma. Por eso, parece conveniente una enseñanza de la Medicina que englobe lo científico y lo humano, en la línea marañoniana que siempre me ha cautivado, tanto en favor de los pacientes como de la propia realización profesional.
Olvidan a menudo los médicos que la
esencia humanística de su quehacer ha de prevalecer por encima de las
sofisticaciones técnicas. Que la comunicación es fundamental, aportando
habitualmente más el lenguaje del enfermo que las exploraciones
complementarias. Que las cifras, los gráficos o las imágenes son datos fríos
que de nada valen fuera del humano contexto. Que la relación cordial es una
parte importantísima de la terapia. Que no deben fomentar la obsesión ni las
falsas expectativas. Que, al decir del psiquiatra Thomas Szasz, han ganado en
competencia tanto como han perdido en compasión y de ahí la tragedia de la Medicina
moderna "científica". Que están para curar y consolar... ¡casi nada!
Con frecuencia los médicos olvidan su esencia. A menudo la olvidamos.
Estas
consideraciones me han llevado a escribir esta “Guía de Humanidades Médicas”, o
mejor dicho a revisar textos previos, añadir otros nuevos y procurar un
ordenamiento adecuado para proporcionar una visión panorámica de una temática
tan amplia como inabarcable. No pretende ser un tratado, ni mucho menos, sino
simplemente una base orientativa. Se ha dicho con razón
que “la Medicina es la más humana de las ciencias y la más científica de las
humanidades” (Edmund
Pellegrino), de ahí la necesidad de conocimiento humanístico en una disciplina
que es a la vez ciencia y arte. También se
sentenció que “ser buen médico significa poseer conocimientos y 4 h: humildad,
honestidad, humanidad y humor” (William Osler), lo que nos conduce hacia el
mismo objetivo.
La práctica de una Medicina científica
–técnicamente rigurosa– y, al mismo tiempo, humana, me trae la imagen de Gregorio Marañón (1887-1960). La integridad moral del
insigne médico,
científico y humanista es el mejor ejemplo a seguir. Solía decir que
“no hay enfermedades sino enfermos”, si bien esta sentencia de genial
clarividencia parece haber sido emitida con anterioridad por el eminente
fisiólogo Claude Bernard. Su interés por todo lo que rodea al ser humano con
espíritu renacentista, su capacidad de llevar a la práctica sus conocimientos y
su buena disposición comunicativa lo han convertido en paradigma del galeno
completo. Marañón es una de las mentes más
brillantes del siglo XX, un espíritu humanístico singular, una referencia
indiscutible e inalcanzable. No es fácil en estos tiempos desmemoriados y
frívolos continuar por la luminosa senda que dejó abierta. Sirva de faro
orientador esta figura clave de la historia de la Medicina y del Humanismo Médico,
especialmente a quienes ignoran o desdeñan el pasado y se pierden en las
complejidades del presente.
En general, los médicos humanistas, como Osler o Marañón, tienen muy asumido el sentido ético de la humanización de la medicina.
Digamos para finalizar esta introducción que esta “Guía” está dividida en dos partes principales, comprendiendo la primera artículos –o breves ensayos de diversa estructura– referentes a las “Humanidades Médicas Básicas” y la segunda otros que tratan de las “Complementarias”. Una división un tango artificial pero que me parece práctica. Además hay dos apéndices, uno sobre médicos humanistas hispanos y otro que recoge un léxico sobre las materias médico-humanísticas. Espero que sea de utilidad, e incluso que sirva de acicate para profundizar en el humanístico mundo, a quienes ven en el ejercicio de la Medicina algo más que una actividad científico-técnica.
En general, los médicos humanistas, como Osler o Marañón, tienen muy asumido el sentido ético de la humanización de la medicina.
Digamos para finalizar esta introducción que esta “Guía” está dividida en dos partes principales, comprendiendo la primera artículos –o breves ensayos de diversa estructura– referentes a las “Humanidades Médicas Básicas” y la segunda otros que tratan de las “Complementarias”. Una división un tango artificial pero que me parece práctica. Además hay dos apéndices, uno sobre médicos humanistas hispanos y otro que recoge un léxico sobre las materias médico-humanísticas. Espero que sea de utilidad, e incluso que sirva de acicate para profundizar en el humanístico mundo, a quienes ven en el ejercicio de la Medicina algo más que una actividad científico-técnica.
JMBF
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Este es el prólogo para un proyecto de libro sobre las Humanidades Médicas, con una introducción derivada del artículo aquí editado como "Humanismo médico" y estructurado en base a otro, también editado en este blog, que daría título a la obra: "Guía de Humanidades médicas". Era una necesidad para paliar una carencia. Ahora sólo queda lo más importante: editarla.
Nota final.- Por otra parte, es una lástima que en 2011 haya desaparecido una revista tan interesante, por no decir única, como "Jano. Medicina y Humanidades".
Nota final.- Por otra parte, es una lástima que en 2011 haya desaparecido una revista tan interesante, por no decir única, como "Jano. Medicina y Humanidades".
Interesante y valiosisimo trabajo Jose Manuel, y sin duda muy necesario hoy en dia, y siempre para nuestra profesión.
ResponderEliminarY sobre todo tambien para los futuros médicos, hoy estudiantes de Medicina.
Tengo el borrador elaborado desde hace mucho tiempo. Pero me falta decidir el modo de editarlo, o más propiamente encontrar un editor.
EliminarSaludos, amigo Juan.