Hijo de la década de los
cincuenta, aunque su nacimiento se adelantó seis meses, Jordi Soler i Galí,
artísticamente Toti Soler (Vilassar de Dalt, Barcelona; 7 de junio de 1949), no tardó en
ambientarse musicalmente en el seno familiar, ya que su padre, Jordi Soler Bachs, era compositor, y le
familiarizó con el que habría de ser su instrumento, la guitarra. Pero antes
hubo de pasar por el Conservatorio Superior de Música de Barcelona,
relacionándose con músicos de prestigio, como el maestro Tarragó o el compositor Joan
Guinjoan.
En la década de los sesenta,
con el auge de la canción melódica comercial, formó parte del grupo Pic-nic, hecho que habría de quedar
como recuerdo anecdótico en la brillante carrera de este músico catalán que hallaría
su estilo definitivo como guitarrista. Experimentó con sonidos eléctricos en el
grupo OM, paradigma de la llamada
música progresiva, donde se revela como un buen músico de rock (el mejor
testimonio es el disco Dioptría de Pau Riba, que tuvo a esa formación como
acompañamiento), que nos sitúa en los primeros años setenta. Continuó su
trayectoria acompañando a voces con nombre propio, como Pi de la Serra, Mª del Mar
Bonet y, sobre todo, Ovidi Montllor,
ligado a la Nova Cançó.
Entró en la llamada “música
laietana”, que surgió en los setenta con grupos como la Orquesta Mirasol o Música
Urbana, llegando a ser considerado por la prensa especializada como el
líder indiscutible de esa nueva música. Después de realizar estudios en el
Spanish Guitar Center de Londres, en 1969, desarrolló un estilo personal basado
en una técnica híbrida entre la música clásica, el flamenco y el jazz, a partir
de su carrera en solitario iniciada en 1972 con el disco Liebeslied, hasta consagrarse como un maestro de la guitarra. Del
mundo del jazz, sintió admiración por Miles
Davis, a quien vio actuar en varias ocasiones, y del flamenco aprovechó su
relación con Diego el del Gastor. Además,
se desplazó a Andalucía para vivir la vitalidad artística de esa música con
duende y beber de la fuente de grandes guitarristas flamencos.
Vida secreta
Como músico plenamente desarrollado, acompañó regularmente a Ovidi Montllor desde 1974. Individualmente, alcanzó gran prestigio en Suiza e Italia, en donde se reveló como músico de cine al componer la banda sonora de la película Il viaggiatori della sera, de Ugo Tognazzi. En la década de los ochenta colaboró con el cantor francés Léo Ferré. En 1984 participó en la “Bienal de Arte Flamenco de Sevilla”, y unos meses antes en el “III Ciclo de Guitarra de Xuventudes Musicais de Vigo”, liderando un trío integrado por los también guitarristas Feliu Gasull y Pedro J. González, compartiendo cartel, entre otros virtuosos de la guitarra, con Paco de Lucía.
En 2005 recibió el Premio
Nacional de Música de Cataluña por sus discos L'arxiver de Tortosa, Racconto
y Guitarra i cançons", y en 2006
fue galardonado con la Creu de Sant Jordi. De su discografía, aparte de los
discos referidos, podemos destacar títulos como Laia, Lonely Fire, Epigrama, Supernova, Lydda (un
disco excepcional y reconocido por la crítica). Toti Soler es el máximo representante
de la guitarra en Cataluña. Ha acompañado, o mejor colaborado, con diferentes
cantores, pero debe significarse que también él se expresa vocalmente, poniendo
a voz a sus propias composiciones y a las de otros autores, entre ellos su
padre.
Em dius que el nostre amor / Petita i blanca
Nota.-Este texto está basado en un artículo sobre Toti Soler y su disco Lydda de Xoan Manuel Estévez, crítico musical, publicado en el Nº 1 de la revista "World Music", de abril-mayo de 1996. Reproducido con permiso del autor.
***
A continuación, una entrevista a Toti Soler en la que el músico expresa su sentir por música en general y la guitarra en particular.
A Solas con Toti Soler
…el sonido de las entrañas… la parte popular y la parte culta... la guitarra clásica y el descubrimiento del flamenco… combinación de técnicas clásica y flamenca…
tocando con grupos de jazz... la India para aprender más… lo importante de tener
un estilo propio… vida independiente, solitaria… la inspiración como un milagro… música para la obra de Chejov... la influencia de todas las músicas que
nos rodean… el deseo de ser músico…
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