La Red
parece hoy en día un cajón de sastre donde se vuelcan todo tipo de contenidos,
sin que los motores de búsqueda del principal buscador, Google, sean capaces de
discriminar entre la información de salud de
calidad y la que no la tiene [peligro: "Cibercondria"]. Por esta razón, los profesionales sanitarios deberían aprender a utilizar los
"social media", es decir, las redes sociales y los blogs, entre
otras herramientas, para informar y comunicarse con sus pacientes. Los "social media" son
herramientas cuyo trasfondo es convertir Internet en una red social, lo que
implica una nueva filosofía y un nuevo concepto de comunicación.
La comunicación
digital en salud todavía está empezando. Aún hay médicos y profesionales
muy reacios al cambio. Este paso genera resistencia entre la comunidad médica
porque implica tener una exposición pública que supone más riesgo personal. Hay
dos grandes tipos de aplicaciones, de un
lado, para la relación entre los propios profesionales, a los que hasta
ahora les ha costado comunicarse entre sí: los cardiólogos no hablaban con los
endocrinos ni con los médicos de familia, ni estos con otros especialistas. La
comunicación estaba muy atomizada. El primer eslabón ha sido Twitter que, por
primera vez, ha permitido tender puentes entre los profesionales
(especialistas, enfermeros, etc.) e impulsar proyectos colaborativos. Y, de otro lado, para el usuario son
vitales, pues también han posibilitado la creación de puentes.
En la consulta no se dispone de demasiado tiempo… Todo lo que sean fotos o vídeos llega más
fácilmente. Estamos aprendiendo a transmitir mensajes sencillos y asequibles. Los pacientes con una mayor
sensibilidad hacia Internet son los que tienen problemas importantes o que los
viven con mucha angustia, ya sea esta una enfermedad crónica o aguda, y buscan
mucha información y la reclaman a su médico personal, de familia. Proporcionarle información de calidad
disminuirá la angustia de un paciente preocupado y de su cuidador. Los
profesionales sanitarios informamos y debemos ser cada vez más gestores de la información en salud,
ya que los motores de búsqueda no son capaces de discriminar bien entre la de
calidad y la que no lo es: intoxica por exceso de información. Esta
"infoxicación" produce un gran dolor y agobio.
Las redes sociales nos llevarán hacia una mejor comunicación entre
los profesionales y entre estos y los pacientes. No son la panacea, no
arreglarán la sanidad ni sus problemas estructurales pero, como herramienta,
permiten llegar más lejos. Son una filosofía más que una herramienta y los que
trabajamos con ellas vemos que podemos ayudar a los pacientes.
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