El estrés es una sensación de tensión física o emocional, por una situación o un pensamiento; mantenido, puede ser dañino.
Comentaba un filólogo y escritor cómo el estrés extremo puede hacer sudar sangre o dejar paralítico a uno, como era su caso. Había sido diagnosticado de ictus y de síndrome de Guillain-Barré, pero lo suyo era otra enfermedad neurológica muy grave a la que nadie había sabido poner nombre. De ahí que la recuperación de la parálisis de sus piernas fuera sorprendente y asombrosa. Al fin podía mover las extremidades inferiores. Después de todo, estaba contento y feliz.
Hay fenómenos que a la ciencia médica le cuesta desentrañar y que los profesionales de la medicina menos humildes –quizá también negadores del 'arte médico'– rechazan de plano. Sin embargo, ahí están los trastornos psicosomáticos, en los que la mente (el cerebro superior o córtex cerebral) actúa sobre el organismo a través del sistema nervioso autónomo o vegetativo, desencadenando una sintomatología sin base orgánica. O el trastorno neurológico funcional, de causa incierta, que puede producir debilidad o parálisis de extremidades. Y el estrés extremo puede ser causa de formas raras de sangrado (*) como la exudación de sangre (hematohidrosis). Es que mente y cuerpo están íntimamente relacionados.
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(*) v. las formas raras de sangrado en entrada «El sangrado y sus formas».
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Y como antídoto al estrés, una pieza musical antiestrés...
Weightless – Marconi Union

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