Diálogo entre el Dr. Abré, médico de familia, y el señor Excluido, usuario del Servicio Público de Salud:
Sr. Excluido.- ¿Qué le parece, doctor Abré, que el sistema sanitario no cubra mis únicas necesidades de salud hasta el momento?
Dr. Abré.- ¿A cuáles se refiere, señor Excluido?
Sr. Excluido.- Me refiero a mis problemas bucales, de visión y de pies.
Dr. Abré.- Es cierto que la atención odontológica del adulto sólo está cubierto para extracciones y que no hay callistas o, mejor dicho, podólogos en nuestro sistema sanitario.
Sr. Excluido.- Ya ve. Los arreglos dentales debo pagarlos de mi bolsillo y las lentes he de costearlas íntegramente. Con estas carencias, lo de las callosidades parece cuestión menor.
Dr. Abré.- Pues tampoco, porque muchos diabéticos sufren amputaciones por una insuficiencia en la atención podológica.
Sr. Excluido.- Veo que está conmigo, doctor Abré, y me alegro.
Dr. Abré.- Sí, amigo Excluido. Porque la salud bucodental es esencial. Y porque es más lógico sufragar lentes para corregir defectos de visión que fármacos inútiles o prescindibles.
Sr. Excluido.- Y de la salud de los pies también me ha dado la respuesta que esperaba. Aunque yo pensaba que las ideas de los galenos coincidían con las oficiales.
Dr. Abré.- Pues en esto no, señor Excluido. Yo me he postulado a favor de lo que le he dicho y he propuesto que, en su defecto, se pueda desgravar por esos gastos para nada suntuarios.
Sr. Excluido.- Querido doctor Abré, debiera aspirar a un cargo político. Seguro que habría de conseguir la necesaria ampliación de los servicios sanitarios.
Dr. Abré.- (Algo desconcertado.) Sería imposible sin incluir otras obligaciones... En todo caso, no está en mis planes la carrera política. Al menos de momento.
Sr. Excluido.- ¡Una lástima! En este país faltan individuos que lleven a la práctica lo que aconseja el sentido común. Pero ¡piénselo!... (Dándole una palmadita al galeno.) ¡Piénselo!
Ya hemos planteado algunas cuestiones sobre la financiación sanitaria y puesto de manifiesto la necesidad de atención integral a la salud bucodental (aquí también dijimos que debieran sufragarse lentes correctoras y no medicamentos prescindibles). Sobre la atención podológica parece haber disparidad entre comunidades autónomas. El gasto en este apartado y en el odontológico habría de repercutir en ahorro de atención a complicaciones infecciosas y vasculares, además de atañer al derecho sanitario como la corrección de la agudeza visual.
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