OLAS
Son las rompientes olas
como un “quiero y no puedo”…
Raudas van y así pasan
al olvido o al recuerdo;
dejan sólo el vestigio
de un efímero estruendo,
un nacarado manto
que emboza el rostro fiero
de quien antes mostrara
poder y vano intento
de ganarle a la tierra
por la fuerza unos metros.
Son las rompientes olas
como humanos deseos…
Por ley extenuadas
se van desvaneciendo;
siempre desaparecen
por precepto magnético,
al perder la energía
que les dio movimiento,
cansadas de luchar
con los escollos recios,
vencidas por las firmes
dunas que esculpe el viento.
Las olas consumidas
retornan hacia adentro,
vuelven hacia su mar...
Y hacia mi mar yo vuelvo.
[feb. 1995]
(Vídeo añadido post. por eliminación del previo.)
Hola, Pepe. Veo, que te ha pasado lo que a mí: te has pasado una temporadita entre las olas, luego has vuelto al curro y te ha dado la nostalgia. Cosas de la vida, pero no te preocupes, porque, como puede desprenderse del poema, las olas son un buen símbolo de lo que retorna de forma incansable, así que las vaqcaciones también retornarán. Las olas, el mar, el retorno, los ríos que van a dar en la mar, el no-retorno...: los primeros días de septiembre no dan para muchas alegrías. Un abrazo.
ResponderEliminarPues te equivocas de medio a medio, querido Pablo. Pero eso sí, volvemos a nuestras rutinas como en un eterno retorno. Unha aperta.
ResponderEliminarPepe, explícame eso de que me equivoco de medio a medio.
ResponderEliminarSí Pablo, no estaba de vacaciones ni en estado nostálgico, sino trabajando y regocijado (el poema fue escrito hace años). A ver si nos vemos en la sgtda.
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