Diálogo entre
el Dr. Abré, médico de familia, y la Dra. Urgentina, directora de “atención continuada”
(peculiar denominación en Hispania de las Urgencias Extrahospitalarias):
Dra. Urgentina.- Estamos orgullosos de haber
organizado un buen sistema de Urgencias
Extrahospitalarias, tanto en el medio urbano como en el rural.
Dr. Abré.- El problema es que antes había
Servicios de Urgencias y la gente acudía por tales motivos; ahora hay Puntos de
Atención Continuada (PAC) y acude por motivos banales.
Dra. Urgentina.- Es cuestión de educación,
Dr. Abré, y de que el ciudadano tome conciencia.
Dr. Abré.- Habría que haber comenzado por ahí, Dra. Urgentina;
pero, como siempre, se olvida informar a los usuarios. Después, claro, viene el mal uso y el abuso de
los servicios.
Dra. Urgentina.- Es usted un poco
catastrofista, amigo mío.
Dr. Abré.- Para
nada, querida Urgentina. Y le diré más: el sistema es chapucero. Porque los PAC
no cubren un segmento horario en días laborales: de 08:00 AM a 15:00 PM.
Dra. Urgentina.- Bueno, y qué problema hay
por siete horas, digamos, en descubierto.
Dr. Abré.- Pues
que en ese tramo la atención urgente, incluida la domiciliaria, tiene que ser
asumida por los médicos de atención ordinaria. Y dos cosas a la vez…
Dra. Urgentina.- ¡Ay!, siempre quejándose,
Dr. Abré. Nada es perfecto.
Dr. Abré.- No me quejo, hablo con sensatez. Y por supuesto todo es mejorable.
Dra. Urgentina.- Puede que tenga razón. Lo estudiaremos.
Dr. Abré.- Bien. Pero no lo dejen para dentro de veinte años. Cada cosa debe ser llamada por su nombre, sin eufemismos, y los Servicios de Urgencias han de dar cobertura total.
Dra. Urgentina.- (Dubitativa.) Veinte años… ¡Si veinte años no es nada!...
Dra. Urgentina.- (Dubitativa.) Veinte años… ¡Si veinte años no es nada!...
En este blog ya
hemos analizados diferentes aspectos de las Urgencias Extrahospitalarias en general, en “Atención sanitaria urgente”, y en particular de la atención psiquiátrica urgente, en “Urgencias psiquiátricas domiciliarias”.
Basta echar una ojeada a ambos escritos para recordar las deficiencias
organizativas en las que todavía seguimos inmersos (¿hasta cuándo?); una
estructura deshilvanada que se sustenta en la continua
improvisación no deseable. De ahí la necesidad de un auténtico sistema integral de urgencias.
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