Con el título Lo que estamos construyendo, Pablo López Gómez, profesor de Enseñanza Secundaria, ha editado su último libro. Es un ensayo sobre la problemática educativa que he leído con detenimiento y que no puedo más que ponderar en razón de su mérito. El autor pone su enfoque en lo que considera los tres grandes problemas educativos de la actualidad: 1) el empobrecimiento de los contenidos educativos académicos (o de programas educativos), 2) el aprobado regalado (o de complacencia) y 3) la conflictividad escolar.
Pablo López lo explica en su propio blog, "La garita del Guachimán", en dos entradas:
En el libro se presentan varios problemas claves: la presión sobre el profesorado, por la Administración (para evitar altos porcentajes de suspensos), por los padres e incluso por los alumnos; los dogmas establecidos por el pedagogismo y la innovación de la LOGSE; el fracaso de un sistema educativo que en realidad es antieducativo; la absurda obligatoriedad de pasar por el Bachillerato para acceder al grado superior de FP; la estafa del falso aprobado; la cultura de la reclamación y el abuso de este derecho; la falta de respeto a las normas; la falta de respeto al profesor, cuya figura está muy devaluada; la conflictividad en las aulas, acentuada por la protección de los alumnos problemáticos; la permisividad y blandura de los infractores de las normas; el ataque a los profesores, de cuya formación o capacidad se llega a dudar; los innovadores educativos o abanderados del pedagogismo, a modo de iluminados desconocedores de la realidad educativa; etc. En fin, una serie de despropósitos que nos atreveríamos a parangonar en cierto modo con los sanitarios en el ámbito del sistema público de salud, pero esto ya sería otro cantar.
Nos dice el autor que, en general, el profesorado mantiene un silencio sumiso, en el papel de sufridor pasivo, ante esta problemática entendida como males del sistema educativo. Pablo López incide en ellos y los desgrana. Nos habla además de los erigidos como salvadores de la educación, o innovadores que no son tales, pues sin descubrir nada nuevo creen haber hallado remedios, que no son sino falsas soluciones; sobre todo para la atención emocional del alumno, que en el pasado grandes pensadores y estudiosos del psiquismo ya habían propuesto. Y aquí nos permitimos una licencia. En una sociedad tan estresante parece escapársenos de las manos el control de las emociones, necesario para un aprendizaje adecuado. Por otra parte, se plantea la importancia de la tecnología digital y el problema de su pernicioso abuso, al igual que otros tecnológicos “ladrones de tiempo”, así como el papel de los medios de comunicación en el debate educativo y los proyectos educativos de los partidos políticos.
Finalmente, se proponen medidas correctoras frente a las falsas soluciones. Partiendo de la base de que a la escuela se va a adquirir conocimientos, sin perjuicio de la educación en principios éticos y ciudadanos, el autor habla de la necesidad de castigar las malas conductas frente a la habitual laxitud disciplinaria, creadora de niños y jóvenes tiránicos, y por lo tanto de conflictividad. Hemos de entenderlo desde luego como medida correctiva más que represiva. De modo que el autor propone: 1) devolver la responsabilidad a los menores, 2) enriquecer la diversidad de la oferta en el nivel de secundaria y 3) tomarse en serio la figura del profesor.
En definitiva, un gran libro, profundo en su relativa brevedad, que aporta buenas reflexiones sobre los males del sistema educativo y que propone sensatas soluciones para construir otro más idóneo, eficaz y moderno.
Pagodas, de Claude Debussy
[adaptación de la pieza original para piano]
[adaptación de la pieza original para piano]
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Enlaces relacionados
- Otras reseñas de Lo que estamos construyendo AQUÍ y AQUÍ
- Reseña de La república mejor, novela del mismo autor, en este blog
- Toda la obra creativa publicada por Pablo López Gómez en su blog: La garita del guachimán
Muchas gracias por sacarme en tu blog, tu positiva valoración y tu sensibilidad hacia los problemas de la enseñanza de hoy, Pepe, que nos afectan a todos. Como muy bien señalas, médicos y profesores sufrimos hoy problemas hasta cierto punto semejantes y la sociedad debería estar atentos a ellos, pues otra cosa que tenemos en común es el tener en nuestras manos importantes elementos para el buen funcionamiento de una sociedad: vosotros la salud y nosotros la educación. Un abrazo.
ResponderEliminarDe nada Pablo, te lo mereces. La labor de los docentes no es nada fácil hoy en día, con la sumisión del profesorado a planes y programas cuando menos cuestionables y el empoderamiento mal entendido de alumnos y padres. En el ámbito sanitario sucede algo parecido, donde un servicio esencial -y antaño muy valorado y reconocido- se ha ido convirtiendo en servidumbre, sobre todo en la atención primaria, Mucho han de cambiar estos dos pilares esenciales de la sociedad para evitar su degradación y por el bien de la ciudadanía. Esperemos que así sea. Un fuerte abrazo.
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