domingo, 14 de abril de 2019

Qué difícil educar a los hijos...

Arena al viento

Quien no enseña y castiga a sus hijos antes del tiempo de la desobediencia,
para siempre tendrá de ellos daño.​ Don Juan Manuel

Quizás lo ideal para educar a los hijos sería adoptar una actitud intermedia entre la severidad inflexible y la permisividad absoluta. Pero en el caso de un hijo don alguna deficiencia o minusvalía, el corazón, dominado por la compasión, podría llevarnos hacia lo segundo. Lo cual sería un error, porque no lo ayudaríamos a superar sus dificultades sobreañadidas. 

En el film El milagro de Ana Sullivan [basado en una historia real], vemos el caso de Helen [Helen Keller], una niña sorda y ciega, cuyos padres, atenazados por la desgracia, son incapaces de educarla. Mimada en exceso, sin someterse a ningún mandato, la niña se hace incontrolable. Habrá de ser la maestra quien logre con esfuerzo encauzar la vida de la pequeña. 

La experiencia nos dice que nada se ha de lograr con el "buenismo" ni con la represión, con la tolerancia absoluta ni con la perpetua severidad, sino con el justo rigor o la amorosa disciplina. ¿Con el método de Ana Sullivan?

*** 
Antes de casarme, tenía tres teorías sobre cómo criar hijos y no tener hijos.
Ahora, tengo tres hijos y ninguna teoría. John Wilmot

Enlace relacionado
Juez Calatayud: cómo educar a los hijos (vídeos)

Ejemplo literario
Sobre la educación de los hijos trata, de forma edificante y amena, el «Cuento 21» de El conde Lucanor de Don Juan Manuel.
...buscad el modo de que con buenas palabras y con buenos ejemplos entienda cómo debe ocuparse de sus asuntos; pero nunca lo intentéis con insultos o castigos, pensado que así podréis corregirlo, porque es tal la condición de los jóvenes que en seguida aborrecen a quien los atosiga con recomendaciones, pues lo toman como una ofensa sin darse cuenta de su error, pues no hay mejor amigo que quien amonesta a los jóvenes para que no busquen su propio daño, aunque ellos no lo entienden así y se dan por ofendidos. Si os portáis duramente con él, nacerá entre los dos tanta antipatía que sólo os reportará perjuicios en adelante.

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